Expertos estiman que las medidas de distanciamiento social, implementadas para prevenir el contagio de Covid-19, han salvado la vida de 7.9 millones de personas alrededor del mundo, con beneficios mayores en la población china.

La investigación “Covid Compass”, encargada de analizar las medidas restrictivas de algunas regiones desde mediados de abril, sugiere que el confinamiento ha evitado la muerte de 73 mil personas en España, 124 mil en Corea del Sur, 155 mil en Italia, 71 mil en Francia y 30 mil en Alemania, al igual que en Reino Unido.

Mientras que en Estados Unidos se han salvado a 65 mil personas, gracias a las decisiones de gobiernos estatales de cerrar escuelas, cancelar eventos públicos y la reclusión domiciliaria. El estudio estimó que sin estas precauciones, las cifras serían cuatro veces más de las actuales.

Estos análisis usaron de apoyo el número de muertes diarias contabilizadas en cada país y estado, a través de los resultados sobre tasas de mortalidad, período infeccioso medio y ritmo reproductivo de la informes y bases de datos.

Carlos Duarte, coordinador del proyecto, explicó que “a partir de la cifra de muertes reportadas, el modelo predice el número de nuevas infecciones y fallecimientos, pero también se incluyen de forma empírica los efectos de distintas intervenciones de confinamiento para ver cómo influyen sobre las tasas de mortalidad”.

Para la realización de la investigación también se tomaron en cuenta las estimaciones actuales de mortalidad de personas infectadas, en las que un 0.6 % las cifras indican que de las personas contagiadas han fallecido.

“Estamos trabajando en el desarrollo de este y otros modelos para su publicación en revistas científicas”, aseguró Duarte, “pero ya permiten calcular el número de vidas que se han salvado hasta la fecha; sin embargo hay que tener en cuenta que esas vidas podrían perderse más adelante de no mediar soluciones, como terapias efectivas o estrategias de salida inteligentes que reduzcan la tasa de mortalidad”.

Los expertos consideraron que las investigaciones en torno a la cura de la enfermedad no deben atenuarse, pues esto podría intensificar los daños que hasta el momento ha provocado el SARS-CoV-2.

“Aplanar la curva reduce en gran medida la propagación del virus a corto plazo, pero también conduce a una epidemia más prolongada, con un número similar de personas posiblemente infectadas al final. A menos que desarrollemos rápidamente estrategias inteligentes a largo plazo y un tratamiento más efectivo para los casos graves de Covid-19, es posible que solo hayamos pospuesto muchas de estas muertes", advirtieron.

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