Hay regalos que aparecen bajo el pino de navidad esta temporada, pero el menos apreciado aparece bajo nuestros pies, en la báscula: estos kilos causados por pasarnos de raciones de recalentado, rosca, tamales y un pesado etcétera requieren atención al iniciar el nuevo año, para que no se queden con nosotros.
Para estas fechas lo preventivo ha quedado atrás, y ya sólo queda enfocarse en corregir. En este caso lo primero es acudir con un especialista en nutrición que dé rumbo y soporte nuestra nueva etapa con parámetros clínicamente viables.

Dietas genéricas tomadas de revistas, blogs o videos online no estarán balanceadas para nuestros parámetros, como peso, actividad, edad y hábitos, por lo que no resultan recomendables. Un régimen extremo lo único que causará será malestar y rebote en el que recuperaremos lo que habíamos perdido. Menos recomendable aún resulta el considerar soluciones pseudocientíficas como té, parches u otros placebos.

Arriesgar la salud para recuperar la salud no hace sentido. Lo aplicable es comenzar el proceso de selección de un profesional en nutrición, y determinar con quién acudir. En este sentido, la maestra Norma Ramos Ibáñez, catedrática de la UAM Xochimilco, sugiere basar nuestro plan con un profesionista de la nutrición. “Es importante evaluar el estado en que nos hallamos en ese momento, y basado en eso determinar el plan de alimentación, tomando en cuenta gustos y preferencias de la persona, pues no todas las personas aceptan todos los alimentos, en cuestión de digestión y preferencias personales”, comenta.

La coordinadora de la licenciatura en nutrición humana y profesora investigadora de la institución detalla que un plan se prepara acorde a la etapa de crecimiento y estado fisiológico, y se define para que no haya repercusiones no deseadas en el estado de salud.

En cuanto a cómo elegir al profesional con quien llevaremos el plan, la investigadora sugiere confirmar que cuente con licenciatura en esta disciplina, o bien que estemos tratando con un médico especializado en específico sobre nutrición. La maestra Ramos sugiere tener cuidado con aquellos asesores que únicamente cuentan con un diplomado. “En ocasiones la persona es un preparador físico, pero no tiene formación en salud” señala.  “Hay que confirmar que tenga el título, y  cédula”, recomienda.

A nivel personal, es necesario que el interesado vea resultado positivo, que el régimen funcione y de no ser así, pedir los ajustes necesarios, eso sí: sin hacer trampa en el proceso.

La investigadora enfatiza el plan que la o el nutriólogo prepare no se halle basado en bajar grasa utilizando medicamentos. “En realidad los profesionales del área no dan, ni están facultados para dar medicamento, sólo quienes tengan título de médico”, señala, añadiendo que de inicio hay un periodo de espera antes de poder recetar medicina. “Hay una norma para tratamiento medicado que estipula quién puede recetarlo, y qué tipo, así como los tiempos en que se puede dar”, indica la profesora.

La doctora Ramos alerta en tener mucho cuidado con aquellas personas y las dietas que simplemente se enfocan en eliminar grupos de alimento. “No es lo correcto: debemos consumir de todos los grupos en equilibrio”, señala. “Sí hay alimentos individuales que por sus características, no se deben consumir de manera habitual, sino esporádicamente, pero no eliminar”, declara.

Casos extremos

La maestra previene que, bajo dietas improvisadas o planes sin fundamento, la persona puede tener desequilibrios, como pueden ser baja de glucosa, problemas de circulación, y deshidratarse. Estas situaciones pueden tener repercusiones desde fatiga y falta de rendimiento físico hasta llevar a un desmayo.

También previene sobre el uso de tratamientos térmicos. “En el sauna pierdes agua, al final se vuelve a recuperar” comenta. “El peso está compuesto de músculo, grasa, agua y masa ósea. Lo que buscamos es reducir el porcentaje de grasa, no agua”, define la especialista. “En un adulto es un 65% de peso es agua y con 1% de peso ya hay repercusiones, por lo que se requiere hidratar constantemente”, destaca la profesora.

Como investigadora, la maestra Ramos trabaja a la par del estado del arte. Profesionales con criterios viejos pueden haberse quedado con parámetros que con el avance de la ciencia se ha demostrado que no son válidos. “Es necesario investigar para tener las bases de qué recomendar, porque en la nutrición hay cada vez más nuevos descubrimientos y criterios actualizados” advierte la especialista.

¡A sudar!

Una vez encarrilados en el tema de una adecuada entrada de nutrientes, viene el tema de cómo acelerar el gasto calórico y darle salida a esa grasa. 
Mientras hay quienes se salen a trotar o bien adquieren un aparato para ejercitar en el hogar, muchos otros se abstienen de incorporar un plan de ejercicio en sus vidas al desconocer qué deben incluir en su rutina.

Para quienes comienzan un nuevo hábito de preparación física en este mes de enero, Gabriel Hernández, entrenador personal, ganador del campeonato Copa Nava 2019 y fisiculturista con 10 años de trayectoria, sugiere primeramente tomar conciencia de los hábitos. El cambio físico viene tras un cambio mental.

“En México cada día hay más personas con sobrepeso, en un porcentaje cada día mayor. Para quien comienza a ejercitarse causa frustración buscar o una forma física  específica y no obtener resultados. Mi sugerencia es tomar conciencia, que dirige la razón, y de la razón ejecutar acciones necesarias para una mejora física”, sugiere. “Tomar hábitos necesarios, como ser constante en el entrenamiento diario. Que sepan que con el hecho de correr o caminar 40 minutos ya es un gran avance”, señala.

En cuanto a qué evitar, el preparador recomienda evitar grandes cantidades de sales, grasa y carbohidratos, para tener una dieta basada en un aporte de proteína elevado y, con ello, tener un mayor rendimiento muscular.

Cuestión de tiempo 

Para no frustrarse, la escala de tiempo a considerar para un principiante o una persona de ocupación de oficina es simplemente darse a la tarea de iniciar, trabajando en caminadora de media hora a 40 minutos diarios por dos semanas, para posteriormente empezar con el hábito de ejercitarse con aparatos y pesas para generar ganancia muscular.

En opinión del preparador, el error más común para los novatos está en la impaciencia y la falta de actitud. 
Para Hernández la falta de un compromiso mental lleva al declive. “No tener constancia y frustrarse, cuando en ocasiones la persona tiene años con malos hábitos y quiere cambiarlos a los 15 días o al mes. Ahí es donde se debe reforzar la conciencia y evitar el sabotaje mental”, previene el especialista.

Para Gabriel, en general los suplementos ayudan: no son un placebo y  requieren constancia en su uso.

“La preparación física es todo sobre equilibrios. Un porcentaje de nutrición balanceada, aporte de suplementación en aminoácidos para quemar grasa con rendimiento muscular y una logística de entrenamiento”, detalla Hernández.

Saber qué hacer y hacerlo es la clave, según Gabriel. “En ocasiones llegan sin saber qué hacer y viendo al celular: eso no lleva a ningún cambio”, advierte.

“Es como tener un auto deportivo con el mejor desempeño sin el conductor adecuado para conducirlo. En una persona, si se pone en marcha la actividad y conforme al entrenamiento, empieza a añadir suplementación indicada con una buena alimentación,  tendrá resultados visibles en el corto plazo”, concluye el preparador físico.

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