Tirar a la basura los adornos navideños al iniciar la temporada para usar nuevos o cuando concluyen las fiestas, puede ser una forma inadvertida de dañar al medio ambiente, pues sus elementos llegan a durar cientos de años en los tiraderos. Muchos adornos de esta temporada están fabricados con plástico, que una vez en los basureros dura hasta mil años.

Y aunque existen pocos estudios sobre este tema, algunos cristales en las luces navideñas se estima que tienen una vida de hasta un millón de años.

Al plástico y los cristales de los adornos se agregan los metales, por ejemplo de las luces que en el medio ambiente persisten hasta más de 60 años si fueron hechos con latón o cobre, mientras los de alumino tienen una vida de 200 años.

Planet Ark es un grupo ambientalista con sede en Sydney, Australia, que ha iniciado una cruzada para aminorar el impacto en el medio ambiente causado por esos adornos.

Reconoce que estudios especificos sobre los efectosde esos adornos una vez que se vuelven basura son realmente pocos, pero la amenaza que representan se obtiene de la duración de sus componentes individuales una vez deshechados.

Recomienda que las luces nunca se vayan con el conjunto de la basura, sino que se reciclen con empresas que reciben metales o equipos electrónicos.

También sugieren adquirir adornos que puedan emplearse más de una vez, y hace ver que usar de nuevo adornos antiguos remite al sentido de familia a través del tiempo, y otra forma es cambiar adornos con amigos y familiares.

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