Existe un viejo adagio que señala que, idealmente, uno no debe conocer a sus ídolos, pues esto puede ser decepcionante. Sin embargo, siempre se mantiene la ilusión de saber de primera mano cómo es esa estrella de rock, ese pintor o ese actor que nos estimula cuando ejecuta su arte. Para los amantes de los autos, la generalidad dicta que el Porsche 911 es siempre una constante cuando se pregunta por “el coche de tus sueños”. En mi caso no es la excepción y a pesar de que no era mi primer contacto con el vehículo más emblemático en la historia de Porsche, debo admitir que esta fue mi aventura más satisfactoria y extrema.

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No es para menos esta afirmación, pues el equipo de Porsche nos invitó a la clínica de manejo más ambiciosa de sus programas de conducción, que es a la vez, una de las escuelas de pilotaje más exigentes del mundo.

Se denomina Porsche Camp4 Experience, la cual consiste en una certificación de distintos niveles para demostrar las capacidades tecnológicas con las que están dotados los modelos de la marca y además, educar a quienes toman el curso a controlar estos vehículos en condiciones extremas, que implican realizar maniobras sobre hielo para alcanzar una precisión en el manejo superior a la habitual.

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El escenario donde se realiza este curso es una paradoja, pues conjuga el desamparo de las inclemencias del invierno canadiense a las afueras de Québec (-23 grados centígrados cuando asistimos) y la belleza del Circuito de Mécaglisse, el cual consiste de una serie de pistas desarrolladas específicamente por Porsche para llevar a cabo esta clínica en esta época del año y en verano, una capacitación de alta velocidad y manejo evasivo.

Las unidades responsables de convertirnos en mejores pilotos y de paso brindarme una de las mejores experiencias de mi vida fueron dos variantes del mencionado Porsche 911, inicialmente la versión Carrera S y más tarde, la Carrera 4S. Esto con el propósito de llevarnos de un grado de dificultad mayor a uno menor, de manera que nos acostumbráramos a ser más precisos con cada movimiento que ejecutáramos frente al volante de estas máquinas de 420 caballos de fuerza.

Hoy tuvimos una increíble experiencia, conocimos el comportamiento del @Porsche 911 Carrera en hielo. Todo parte de la aventura #PorscheCamp42018 pic.twitter.com/1UWzVeupmv

— El Universal Autopistas (@EAutopistas) 31 de enero de 2018

La capacitación consistió en una serie de cuatro ejercicios con una duración cercana a los 50 minutos cada una, para tener un curso intensivo de más de seis horas que combina la teoría con la práctica. Dentro de ellos, se realizó una maniobra de slalom, ejercicios para saber mantener el control en situaciones de subviraje y sobreviraje, un ejercicio de curveo similar a las maniobras de rally sobre hielo y finalmente, una vuelta completa al circuito con la finalidad de poner en práctica todo el conocimiento recolectado.

Definitivamente, la experiencia de manejar unPorsche 911 siempre es emocionante. Ya sea que se trate de un ejemplar actual o, bien, de un miembro de generaciones anteriores. Sin embargo, algo que vuelve única a la experiencia de Camp4 es la atención al detalle y al servicio para instruirte y verdaderamente convertirte en un mejor piloto. Pues, mientras es común que en academias de manejo, aquellos que no se encuentran en un nivel esperado por los instructores sean relegados para no poner en riesgo su integridad física y la de los demás, en el estas clases sobre hielo siempre existe un espíritu de ayuda constante para que no dejes de hacer los ejercicios hasta que se realicen de manera satisfactoria.

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De esta manera, puedo considerar que el curso es una excepcional experiencia más allá de mi febril gusto por los modelos Porsche, pues tantas horas de capacitación en escenarios tan ajenos para un conductor mexicano dieron como resultado personal ser más prudente y racional con las decisiones de ejecución en volante y pedales, principio mismo con el que el curso nació.

Es probable que no vuelva a conducir en este tipo de superficies como el hielo y la nieve y mucho menos, lo haga a bordo de un Porsche 911, sin embargo, puedo tener la certeza de ser mejor conductor, gracias a la insistencia de los instructores que te orillan a la idea de que se tienen que seguir una serie de pasos si lo que deseamos es tener una trayectoria ideal para una curva, un derrape o recorrer un circuito a altas velocidades.

La experiencia del Porsche Camp4 y los cuatro distintos cursos que se ofrecen están abiertos al público en general. Naturalmente, está pensado para que los dueños de modelos Porsche en México se adentren en la pasión y capacidades tecnológicas de sus vehículos, sin embargo, cualquiera puede inscribirse con un registro anticipado de casi un año. El precio es de 5 mil 400 dólares canadienses que incluyen alojamiento por tres noches en el Hotel Spa Estérel y la alimentación durante los tres días que dura la clínica de manejo.

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