Un estudio publicado en la revista Science ofrece una mejor visión de los orígenes y el destino final de los primeros perros en las Américas.

Los perros no fueron lobos domesticados de América del Norte, como algunos han especulado, sino que probablemente siguieron a los humanos a través de un puente de tierra que una vez conectó el norte de Asia y América, según revela esta investigación.

Según los autores, éste es el primer estudio genómico integral de perros antiguos en las Américas que analiza el ADN nuclear, que se hereda de ambos padres, junto con el ADN mitocondrial, que se transmite solo de las madres a su descendencia. Al comparar las firmas genómicas de 71 genomas mitocondriales y siete genómicos nucleares de perros antiguos de América del Norte y Siberia durante un periodo de 9 mil años, el equipo de investigación pudo obtener una imagen más clara de la historia de los primeros habitantes caninos de las Américas.

Los restos del perro más viejo que queda en las Américas data de hace unos 9 mil años, muchos miles de años después de que las personas comenzaran a migrar a través de un puente terrestre que conectaba Siberia y Alaska. Los antiguos perros analizados en el nuevo estudio probablemente se originaron en Siberia, encontraron los investigadores. Los perros se dispersaron a todas partes de las Américas, migrando con sus homólogos humanos.

DESAPARICIÓN REPENTINA
Estos perros persistieron durante miles de años en las Américas, pero casi desaparecieron por completo después del contacto europeo, hallaron los autores. "Esto sugiere que algo catastrófico debe haber sucedido, y es probable que esté asociado con la colonización europea -propone el principal autor principal, Laurent Frantz, profesor de la Universidad Queen Mary y coinvestigador de la Universidad de Oxford, Reino Unido-. Pero todavía no tenemos evidencia para explicar esta repentina desaparición".

"Al observar los datos genómicos junto con los datos mitocondriales, pudimos confirmar que los perros llegaron a las Américas con humanos, y que casi toda esa diversidad se perdió, muy probablemente como resultado de la colonización europea", dice Kelsey Witt, quien dirigió el trabajo del genoma del ADN mitocondrial como estudiante graduado en el laboratorio del profesor de antropología de la Universidad de Illinois, Ripan Malhi, quien también es autor del estudio.

"Pocos perros modernos tienen algún rastro de estos linajes antiguos", señala Witt, ahora investigador postdoctoral en la Universidad de California, Merced, Estados Unidos. El equipo también descubrió que la firma genómica de un cáncer transmisible que afecta a los perros parece ser uno de los últimos restos "vivos" del patrimonio genético de los perros que poblaron las Américas antes del contacto europeo.ç

"Esto sugiere que este tumor se originó en o cerca de las Américas", dice Witt. Los nuevos hallazgos refuerzan la idea de que los primeros humanos y habitantes de perros de las Américas se enfrentaron a muchos de los mismos desafíos después del contacto europeo, añade Malhi.

"Se sabe cómo los pueblos indígenas de las Américas sufrieron las prácticas genocidas de los colonos europeos después del contacto --recuerda Malhi--. Lo que encontramos es que los perros de los pueblos indígenas experimentaron una historia aún más devastadora y una pérdida casi total, posiblemente como resultado de cambios culturales forzados y enfermedades".

mdgm

 

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