Los recortes presupuestales obligaron a aplazar trabajos de mantenimiento de la flota mayor de buques de Petróleos Mexicanos (Pemex).

La petrolera inició en 2013 un programa para mantener en las mejores condiciones a toda la flota de navíos que transporta petrolíferos, para lo cual obtuvo la autorización para ejercer 6 mil 78 millones de pesos, los cuales se han ajustado a la baja hasta quedar en 2 mil 73 millones.

Cinco años después de que Pemex iniciara la modernización de su flota marítima mayor, en 2008, recibió la autorización de la Secretaría de Hacienda para invertir, a partir de 2013 y hasta 2018, recursos por 6 mil 78 millones de pesos para las “Rehabilitaciones Mayores para el Sostenimiento de la Operación Segura del Transporte Marítimo”, incluidos los gastos de mantenimiento y operación por 25 años de los 14 buques con los que contaba Pemex en ese momento.

Estos trabajos, que deben concluir en 2018, están diseñados para que los buque-tanques activos, incluido el Burgos que recientemente se incendió, estén en condiciones para cumplir con el transporte vía marítima de petrolíferos y abastecer los centros de consumo en los litorales del Pacífico y Golfo de México.

El objetivo era restablecer y conservar las condiciones adecuadas de operación de los principales sistemas críticos de cada buque propio activo y existente en la Gerencia de Operación Marítima y Portuaria (GOMP).

Sin embargo, los recortes presupuestales obligaron a ir aplazando estos trabajos y alargar un año más el programa, pues la inversión bajó a 2 mil 73 millones de pesos.

De entrada, el programa arrancó en agosto de 2103 y se esperaba concluir en diciembre de 2018, pero se reajustó a un año después.

Un estudio de McQuilling, consultora contratada por Pemex para diagnosticar a su flota, revela que la situación del mantenimiento de los buque-tanques de ahora Pemex Transformación Industrial, “ha sido impactada a la baja, debido a: insuficiencia de recursos y el uso inadecuada del sistema informático para la administración del mantenimiento”.

La petrolera había advertido sobre los riesgos asociados a la ejecución y cumplimiento de este programa de inversión, tanto en su versión original como con el cambio en el plazo de monto y alcance, lo que iba a dar como resultado: incremento desmedido en el tipo de cambio, debido a que los equipos y componentes de los sistemas operativos críticos son de fabricación extranjera; escasez o incremento en precios en materiales y equipos para efectuar las rehabilitaciones mayores, y restricciones presupuestales, entre otras.

Pemex había subrayado la necesidad de llevar las rehabilitaciones mayores “para garantizar su funcionamiento correcto, de lo contrario, la aparición de fallas imprevistas en sus equipos o componentes impacta en la confiabilidad y seguridad”.

El buque-tanque Burgos, que debió haber sido sometido a trabajos de rehabilitación, fue adquirido en 2009 pero fue construido en 2005.

Los gastos de mantenimiento y operación suponen aproximadamente 30% de los costos del funcionamiento diarios del navío.

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