En el primer semestre del 2014, los cambios al régimen tributario tuvieron dos efectos: subieron los costos laborales 7% en promedio y redujeron los ingresos de trabajadores, porque al no permitirse la deducibilidad total de las prestaciones, algunos empleados perdieron vales de despensa, sistemas compensatorios de pensiones, bonos e incentivos, lo que derivó en menos ingresos y bajo consumo en el país, manifestó el sector privado.

“Sí se han disminuido las prestaciones salariales, aunque también hay empresas que las pudieron absorber”, explicó el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Juan Pablo Castañón Castañón, quien aseguró que eso significa que los trabajadores ganan menos y, por ende compran menos, lo que afectó el consumo interno, según reflejan los reportes de ventas de las tiendas de servicio y departamentales.

Tal y como le sucedió a dos empleados de grandes empresas. Por ejemplo, María, del corporativo de Banamex, que vía correo electrónico en enero de 2014 le notificaron que perdería su esquema compensatorio de pensión o a Juan que le retiraron sus vales en Comex.

El alza promedio de costos laborales para una empresa, fue de entre 4 y 15%, de acuerdo al sector privado, dijo el socio de Capital Humano y Obligaciones Estatales de KPMG en México, Rubén Dávalos.

Se sabe que 30% de las empresas no hicieron un análisis del impacto que les traería la no deducibilidad y algunas modificaron las prestaciones, pero el restante 70% si hicieron diversos estudios y algunas determinaron absorber el incremento del costo laboral y perder utilidades, pero otras lo repercutieron al mercado con aumento de precios o hicieron ahorros en otros rubros.

Explicó que con base en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi en el primer trimestre de 2014 14 mil personas tuvieron menos prestaciones laborales que al mismo periodo de 2013, aunque no implicó que recibieron menos salario porque en algunos casos los vales y los bonos se incluyeron en el sueldo diario.

Hay una “precarización del mercado laboral”, por dos factores, uno es por los efectos de la reforma hacendaria que provocó que en algunas empresas disminuyeron o eliminaron las prestaciones del empleo formal, y por otra parte está el problema estructural, porque desde hace años hay una pérdida del poder adquisitivo del ingreso laboral, explicó el director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (Idic), José Luis de la Cruz Gallegos.

En el primer trimestre avanzó la tendencia a la pobreza laboral, es decir gente que tiene trabajo pero que su ingreso no le alcanza para comprar lo más básico aumentó en 3.5%, de acuerdo a Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, explicó.

Aquellos vinculados con la informalidad, 58% de trabajadores no perdieron prestaciones porque no las tenían, pero si lo sintieron empleados que pertenecen a 42% de trabajadores que labora, agregó.

Castañón y De la Cruz coincidieron en que esta pérdida de prestaciones, sobre todo los vales de despensa, provocan que disminuyan las ventas en las tiendas departamentales y de autoservicio como reflejan las cifras de la ANTAD, en donde en 4 meses del primer semestre hubo caídas en ventas a tiendas iguales acumulándose un aumento de 0.2 % anual.

La pérdida de prestaciones por la no deducibilidad “es un fenómeno que ha impactado en el consumo interno del país porque bajaron los ingresos de los trabajadores”, dijo el presidente de la Coparmex.

Al no permitirse deducir prestaciones como antes se perdieron bonos de productividad, bonos de puntualidad, vales de despensa, entre otras prestaciones, además de que se afecta al sistema compensatorio de pensiones, el cual significaba 400 mil mdp del mercado financiero, dijo Castañón.

“Sí tiene un impacto la reforma fiscal, pero el primer cuestionamiento fue que generaría menos empleo y las cifras del Inegi marca que aumentó —480 mil empleos en el primer trimestre del año—, pero en el segundo tema el impacto que cada empresa tuvo fue diferente", dijo el especialista de KPMG

El problema es que dejarlas o quitarlas tuvo efectos sobre las empresas. Dávalos de KPMG explicó que las nuevas reglas implican que si mantienes las prestaciones del año pasado se puede deducir hasta 53%, pero si la empresa las disminuyó sólo podrá deducir 47%.

Otra de las cuestiones es que muchas empresas decidieron quitar los bonos, vales y demás prestaciones para monetizarlas, pero les subió otros costos. “Monetizarlas no es sencillo, ni barato, porque cuando la monetizas hay un efecto en cascada con respecto al pasivo laboral. Eso equivale al sueldo gravable, así que el aguinaldo, la prima de vacaciones y las contribuciones aumentan”.

Por eso las empresas que mantuvieron las prestaciones o las transfirieron al mercado o tuvieron que hacer ahorros en otras áreas.

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