México requiere un ajuste integral al modelo de desarrollo para ocuparse más del mercado interno y depender menos del exterior, consideró la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin). En su reporte mensual "Radiografía de la economía e industria mexicana", el organismo señala que la reforma laboral que se debate en el Congreso es importante, pero no es ni debe ser el único tema de la agenda económica. "Debemos reflexionar acerca del modelo de desarrollo seguido y decidir conjuntamente qué ajustes requiere para ofrecer a México una perspectiva menos dependiente del exterior y más dependiente del esfuerzo propio", argumenta. Expone que el debate sobre los alcances de la reforma laboral, uno de los cambios estructurales de mayor relevancia para el futuro del país, no debe apartarnos de temas fundamentales. Entre los asuntos que integran la agenda de pendientes que también reclaman atención y respuestas están rearticulación de la banca de desarrollo, falta de financiamiento para la operación de las empresas de menor tamaño, reformas energética y presupuestal, reactivación del mercado interno o integración de una estrategia de reindustrialización. "Y es que México requiere un ajuste integral al modelo de desarrollo. A pesar de que el sector exportador seguirá siendo uno de los más importantes motores para el desarrollo, es tiempo de ocuparnos de aquello que depende del esfuerzo propio: el mercado interno", subraya. En el escenario internacional, es posible que la economía mundial avance a un ritmo lento e intermitente, ante lo cual las potencias económicas deberán emprender importantes ajustes fiscales para enfrentar su endeudamiento o corregir el desequilibrio en las finanzas públicas. Entonces, se está frente a un panorama marcado por el debilitamiento de la capacidad de dichos países para impulsar el comercio y la producción de las naciones que dependen de su esfuerzo exportador, México entre ellas. Ante ello, plantea, es preciso revalorar y ubicar en su justa dimensión el papel del mercado interno en el desarrollo nacional, así como la rearticulación de cadenas productivas, la modernización de las empresas de menor tamaño y la reanimación de la industrialización basada en la sustitución competitiva de importaciones. Para la Concamin, estos cuatro factores deben formar parte de la estrategia económica a seguir en los años por venir, pero "no hay, desde luego, recetas mágicas". Pretender que el sector público encabece dicho esfuerzo a partir de una política expansiva de gasto gubernamental, equivale a reproducir las condiciones que nos llevaron a las crisis recurrentes y cada vez más profundas que comenzaron en la década de los 70 del siglo pasado. Suponer que las fuerzas del mercado se encargarán de asegurar la mejor asignación de recursos para modernizar la planta productiva y fortalecer la competitividad de la economía, equivale a repetir el mismo error que en los 80 y 90 provocó la desindustrialización de México. "Ni el intervencionismo gubernamental ni el liberalismo a ultranza constituyen opciones viables", asevera. El organismo industrial considera preciso iniciar los trabajos que permitan articular un modelo de desarrollo que busque el equilibrio entre mercado y participación gubernamental, aprovechando las virtudes de ambos. Además, estableciendo límites y mecanismos de control que eviten la depredación de los sectores económicos con potencial para modernizarse y competir, así como el resurgimiento de los desequilibrios en las finanzas públicas que detonan procesos inflacionarios o el aumento insostenible del endeudamiento.

Google News