Enfático, Emilio Lozoya Austin asegura que de aprobarse la reforma energética México podría llegar a tener una tasa de extracción de crudo y gas por yacimiento de entre 50 y 60%. “Un resultado extraordinario”, dice, pues el promedio mundial oscila alrededor de 30%.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el director general de Pemex insiste en que instrumentar un cambio fiscal para la paraestatal no es suficiente, pues indica que lo que se requiere es una verdadera reforma a fondo; de otra forma no habrá recursos suficientes para lograr todos los proyectos que plantea la iniciativa presentada por el Ejecutivo federal. Asimismo, niega que la reforma pretenda privatizar la renta petrolera.

El joven economista egresado del ITAM destaca que los contratos de utilidad compartida, que propone la reforma, se podrán diseñar como “trajes a la medida”, y de esta forma utilizar distintas compañías: unas para el proceso de exploración, y otras para la extracción y producción.

“Lo importante, y eso también lo pretende la iniciativa, “es que estos contratos sean 100% transparentes, auditables y licitados”, y agregó que existe la posibilidad de transformar los contratos de incentivados a contratos de utilidad compartida.

Sobre el tema de las refinerías, Lozoya Austin refiere que éstas podrán estar en nuestro país o en el extranjero. Todo dependerá de la que resulte más rentable para los inversionistas, “y, sobretodo, la que ofrezca el combustible más competitivo a los mexicanos”.

Agrega que para reducir la importación de gasolinas se requiere modernizar seis de las siete refinerías existentes, para lo que se necesita una inversión superior a los 40 mil millones de dólares de aquí a 2018.

La creación de la compañía para explorar y producir tanto gas de esquisto como crudo en aguas profundas, ¿sólo se creará si la reforma no sale adelante?

Con la legislación actual no se puede compartir riesgo y, por lo tanto, no se puede trabajar con las empresas que tienen la mejor tecnología tanto en esquisto como en aguas profundas, por ello se planteó esta estrategia, pero en caso de que haya una reforma energética estas empresas querrán trabajar con nosotros del lado mexicano y por lo tanto estas inversiones se llevarían a cabo predominantemente en México.

Entonces, ¿sería conveniente la creación de esta empresa de aprobarse la Reforma?

Pemex tiene que pensar internacionalmente también, pero en el corto plazo las grandes oportunidades están en México. Por ello, es una opción que se puede aplicar si no se concreta la Reforma, pero si está llega a buen puerto se evaluaría si es conveniente su creación. Pemex podría crear una división enfocada en shale gas y shale oil.

¿Qué porcentaje de recuperación de gas y crudo estima?

Hay un mito de que uno puede sacar todo el crudo y todo el gas que hay en un yacimiento, cuando en realidad el promedio anda en 30%. Si alguien logra extraer 60% de un yacimiento es un resultado extraordinario.

En el grado en que podamos trabajar con empresas que tienen tecnologías y capital de riesgo que aportar a los proyectos que plantea la reforma podríamos sin duda subir hacia 50%, 60%. Con el tiempo, hacia allá queremos ir.

En relación con la incursión del modelo de utilidades compartidas para los pozos no convencionales, ¿se podría utilizar una empresa para la exploración y otra para la extracción y producción, o tendría que ser la misma?

Estos contratos tendrían que tener una integralidad. Hoy en día Pemex le paga a empresas para que nos hagan exploración en el sentido de sísmica. Esto lo podríamos seguir haciendo, y con esa información, a la hora que tú invertiste en sísmica y encontraste algo le bajas el riesgo al proyecto, porque ya sabes con cierta probabilidad qué hay allá abajo. Entonces, los contratos de utilidad pueden partir desde la exploración, es decir, hay un margen de operación y se podrían diseñar “trajes a la medida”, lo importante es que estos contratos fuesen 100% transparentes, auditables y licitados, y eso es lo busca la reforma.

¿Qué va a pasar con los contratos incentivados?

Existe la posibilidad de transformar estos contratos de incentivados a contratos de utilidad compartida, en el supuesto de que esta reforma transite. Sería algo interesante porque entonces alineas los incentivos de las empresas hacia reducir costos y a maximizar utilidades, mientras que hoy muchos de estos contratos incentivados tienen la deficiencia de que las empresas estén muy enfocadas en vender sus servicios más que en maximizar la producción.

¿Existen en puerta licitaciones de contratos incentivados en aguas profundas?

No, por ahora.

En el caso de las zonas no convencionales, ¿se hará algún mapeo para dividir sus zonas geográficas? Por decir, lo vamos a dividir en bloques y éstos son en los que puede participar la IP.

Con esta reforma se pretende fortalecer a la Comisión Nacional de Hidrocarburos que estaría llevando a cabo este tipo de trabajo de mapeo del país y de las zonas que no han sido exploradas y que eventualmente podrían ser licitadas para que Pemex o el Estado, junto con particulares los llevasen a producción.

En este caso, ¿se tiene alguna proyección o prospectiva de cuántas plataformas se necesitarían en esas zonas?

Entre 50 o más plataformas. Obviamente eso no se va a lograr en un año, porque primero se tiene que hacer la sísmica, pero la demanda por equipos de aguas afuera va a ser muy importante. Por eso Pemex está tratando de abrir el camino para que muchos de estos equipos sean construidos en astilleros en México.

¿Este tipo de astilleros serían de nueva creación y se podrían ubicar en el Golfo de México por la cercanía de las operaciones?

Así es. Estamos en negociaciones con astilleros, para la construcción de barcos y de plataformas marinas, de tal forma que la mano de obra nacional tenga la posibilidad de participar en estos proyectos tecnológicos y desarrollar esta industria.

Hoy en día muchas de las plataformas que se tienen que mandar a mantenimiento, propiedad de Pemex, se tienen que enviar a Estados Unidos, a Asia, a Europa, lo cual nos parece un poco absurdo, por lo tanto incentivaremos a la industria mexicana, no sólo en los astilleros, sino en toda la cadena de valor de Pemex.

El secretario de Energía decía que había la posibilidad de refinerías con 100% de capital privado. ¿En este caso qué es más conveniente, que se hagan en nuestro país o en el extranjero?

Lo que resulte más rentable para los inversionistas, y sobretodo que sea la solución que le ofrezca el combustible más competitivo a los mexicanos. Hoy en día, que estamos importando 50% de nuestros combustibles, hay una oportunidad para reducir esta importación a partir de modernizar las refinerías (seis en México y una Texas) que ya tenemos, pero para ello se requieren inversiones superiores a los 40 mil millones de dólares de aquí a 2018.

¿Hay algún plan para terminar el ducto que conectaría el Golfo de México con el Pacífico para poder tener distribución hacia el continente asiático?

Hoy en día ya hay un ducto que permite llevar crudo, que en algún momento se exportó a Japón y ahora vamos a empezar a exportar a China, de Coatzacoalcos a Salina Cruz. Pero estamos habilitando dos, un ducto viejo que estamos renovando, y uno nuevo que nos permita llevar gas y otros tipos de petrolíferos desde Coatzacoalcos hacia Salina Cruz. ¿Qué se pretende? Vender destilados, gasolinas y diésel en la costa del Pacífico.

¿Tienen prospectado además de estos ductos, otros en el país, para otras zonas?

La inversión que se requiere en ductos en el país es enorme, hoy en día transportamos casi 8% de los petrolíferos en pipas, que es un costo 13 veces mayor al de ductos, y esto le impacta al consumidor. La Sener, a través de Pemex y CFE, está en esta dinámica de construir una red nacional de ductos para gas, para gasolinas, para diésel, para turbosina, y estos son negocios que se requieren para mejorar la competitividad del país, reducir costos y llevar energía abundante y barata a las zonas más alejadas del país.

Con la participación de la IP en refinación y petroquímica, ¿se acabará con el subsidio a estas dos áreas?

Lo que esperamos es llevar todas las áreas de Pemex a la rentabilidad. Exploración y producción es un negocio muy rentable. Antes de impuestos las utilidades son considerables, sin embargo ya después de impuestos la utilidad que deja Pemex en exploración y producción termina subsidiando otras áreas de Pemex como refinación y petroquímica. Estamos seguros que esto se va a revertir modernizando las refinerías para llevarlas a márgenes positivos como sucede en otros países. Segundo, la petroquímica va a ser rentable cuando haya gas. Hoy, no hay suficiente inversión para extraer el gas, y estamos importando una tercera parte del gas.

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