Llevas varios años haciendo lo que haces hoy. Vaya, que tu trabajo te lo sabes de memoria, casi lo podrías hacer con los ojos cerrados y lo haces realmente bien. Quizá estás un poco en desacuerdo con que no te hayan subido el sueldo en estos años, pero al final, te gusta lo que haces y por increíble que pueda parecer, (en realidad pocos trabajadores no sólo en México sino a escala global están comprometidos con lo que hacen, apenas 13%, según Gallup) estás motivado.

La pregunta no es si te sientes cómodo en el trabajo, porque podrías ser la envidia de muchos: Te sientes cómodo y confiado. La duda a resolver aquí es si piensas permanecer en este puesto toda la vida. Decir toda la vida quizá es mucho, porque hay muchas variables de las que depende tu permanencia en el sitio en el que estás ahora, pero, ¿Estás dispuesto a permanecer ahí hasta que una fuerza externa te impida continuar? Piénsate la respuesta y prepárate para estar dispuesto a cambiarla.

Lo primero que tienes que saber es que la realidad es muy distinta a lo que era hace unos años. Quedarte en un mismo trabajo toda la vida ya no sólo es prácticamente una tarea imposible dado el frenético ritmo al que se mueve el mundo laboral, sino que, aunque pudieras hacerlo, sería una decisión que iría en contra de tu propia competitividad laboral. Instalarse en la zona de confort por mucho tiempo nunca es bueno, y hoy lo es menos.

Ivette de Jacobis, directora de Espiral Positiva, explica que incluso el estrés en las organizaciones es benéfico hasta cierto punto porque puede aumentar el nivel de productividad. Y que los trabajadores se instalen en una zona de confort no abona al buen desarrollo de la organización. “Cuando el estrés en una organización es bajo, los colaboradores entran en apatía y lo manifiestan llegando tarde, tomando demasiado tiempo de comida o descanso y ofreciendo resistencia al cambio debido a que están instalados en una zona de confort”, explica en un comunicado.

Así que si estás acostumbrado ya a tomarte tus dos horas de comida aunque sea una la que tienes, a llegar a la hora que mejor te parece y a oponer resistencia a cualquier mínimo signo de que el status quo está por cambiar, ojo. Estos son focos rojos que te dicen que es un buen momento para pensar en un cambio.

Y esto es así no sólo por una cuestión de crecimiento personal y laboral con todo lo que un nuevo reto laboral significaría, sino que se trata ya de mera supervivencia y competitividad en el trabajo.

El paradigma ha cambiado y si antes lo que buscaban los baby boomers —esa generación nacida en la posguerra, para la que la estabilidad era uno de los valores más deseados— era permanecer en un trabajo toda la vida y jubilarse con un reloj de oro y una medalla de cumplimiento en la solapa, hoy quienes están en la arena laboral lo que tienen que tener en mente es que la seguridad laboral ya está en otro lado, no en un trabajo fijo. Los millennials en este sentido, la tienen clara.

De acuerdo con el estudio Las carreras de los millennials: visión 2020, realizado por ManpowerGroup, la seguridad laboral para esta generación significa en su mayoría, “tener habilidades de trabajo que encajen con las necesidades del mercado”. Adiós zona de confort en un mismo lugar de trabajo y hola a la capacitación constante, porque te da herramientas.

“Cuando llevas más de ocho años en una misma empresa, y peor, en el mismo puesto, que seas atractivo para una empresa o para algún reclutador será muy difícil porque te ven ya demasiado hecho a la empresa y como una persona que difícilmente se va a adaptar”, explica Arleth Leal, directora asociada de Red Ring, empresa especializada en recursos humanos. Ellos te verán como un caso de fracaso y a esas alturas, será difícil que apuesten por ti.

Así, ésta es una cuestión de supervivencia laboral, pero también de crecimiento y satisfacción personal. Alistair Cox, CEO de Hays, la reclutadora global, asegura que salir de tu zona de confort es necesario si se quiere lograr un crecimiento profesional.

Sí, aunque esto implique salirte de tu zona cómoda y enfrentarte a lo desconocido. Cuidado con el extremo, que cambiarte varias veces con ni siquiera un año de antigüedad tampoco es recomendable, pero hoy lo deseable es permanecer en un puesto no más cuatro o cinco años. “Esos empleos que teníamos antes de 30 años ya no son recomendables”, reitera Arleth. Por desgracia, no todos están dispuestos a tomar este paso, que puede costar tanto trabajo como costaría dar un salto al vacío.

“Hay muchas personas que no quieren salir de su zona de confort, gente que ubicamos en redes sociales o profesionales, que los buscamos para un puesto, y nos dicen que no les interesa, pero ni siquiera vienen a ver qué se les ofrece”, explica.

La especialista asegura que 70% de los que de inicio dijeron que no, salen de su empresa por un recorte o por alguna otra situación, se arrepienten y se dan cuenta que tuvieron que haber dado ese salto cuando tenían la oportunidad enfrente.

“Es muy triste cuando nos llaman para preguntarnos sobre la vacante que un día les ofrecimos, y por desgracia, también es muy frecuente”, sostiene.

¿Por dónde empezar?

No se trata de lanzarse al vacío de un día para otro. De renunciar y salir a la búsqueda de la siguiente aventura laboral sin haber preparado el terreno para ello. La idea es que poco a poco se vayan dando pasos para salir de ese lugar cómodo en el que ya estás instalado desde hace varios años.

“Recomiendo empezar por lo pequeño, tomando una tarea que esté afuera de tu zona de confort”, recomienda el CEO de Hays. Si eres de los que valora mucho esta aparente estabilidad que te da un trabajo de muchos años, quizá puedas empezar tomando un curso de actualización o algún otro que te ayude a superar tus miedos.

Se trata de tener una actitud de apertura ante las nuevas oportunidades.

“Aunque no estés activamente buscando empleo, ve a las entrevistas sólo para ver de qué se trata porque aprendes y te deja algo positivo. Está muy bien, porque así te valoras en el mercado porque agarras práctica, aprendes de la empresa y dejas la puerta abierta”, explica Leal. Los candidatos que de inicio dicen que no a una entrevista, y luego se arrepienten, son mal vistos por los reclutadores.

De igual manera, es importante tener actualizado tu perfil de Linkedin y que estés abierto a conocer gente nueva y a asistir a eventos relacionados con tu área.

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