De concretarse la propuesta de Estados Unidos (EU) de incrementar el contenido estadounidense de 35% a 50% en los vehículos que se exportan a ese país, algunos modelos que se fabrican en México estarían más expuestos a estos cambios de reglas.

Según un análisis del Instituto Peterson para la Economía Internacional (PIIE), los vehículos que se importan en EU provenientes de México y Canadá bajo las reglas del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) tienen 25% de contenido estadounidense, en promedio.

Pero hay vehículos como Mazda 3, Golf, Jetta, Beetle, Sentra, Versa y HRV con menos de 25% de contenido estadounidense, y un alto volumen de fabricación en México, según información de IHS Automotive.

El Sentra, Jetta y Versa son los tres vehículos con mayor volumen de producción en México, con más de 100 mil unidades cada uno en el periodo enero-agosto.

Hay otros modelos como Journey, Fusion y el Lincoln MKZ que apenas alcanzan 25% de contenido estadounidense y también tienen un alto volumen de fabricación en el país.

Los fabricantes de estos vehículos se verían forzados a incrementar la importación de componentes provenientes de EU para seguir exportando libres de arancel al mercado estadounidense, lo que les restaría competitividad a las armadoras.

Caroline Freund, investigadora del PIIE, destacó que incrementar el contenido estadounidense en los vehículos le restaría competitividad a la industria automotriz y forzaría a algunas compañías a salirse de Norteamérica para fabricar en sus países de origen y exportar bajo las reglas de la Organización Mundial de Comercio.

“Las reglas de origen por país podrían ocasionar que las empresas prefieran abstenerse de las preferencias arancelarias del TLCAN y exportar desde sus países de origen”, dijo.

Por el contrario, varios vehículos que se fabrican en Estados Unidos superan por mucho 25% promedio de contenido estadunidense, llegando casi a 60%, como Charger, Challenger, Chrysler 300, Impala, Continental, Lincoln MKC, Volt, F 150, Escape y Altima, vehículos fabricados en su mayoría por las armadoras estadounidenses como Fiat Chrysler, Ford y General Motors.

Pacto de 1965. El análisis del Instituto Peterson menciona que la idea de incrementar el contenido regional por país data de 1965, cuando Canadá y Estados Unidos firmaron un Pacto Automotriz, el cual liberalizó el comercio entre ambos países siempre y cuando los vehículos contaran con determinado contenido canadiense.

Sin embargo, el pacto fue declarado posteriormente ilegal bajo las reglas de comercio internacional.

“Mientras que el Pacto Automotriz entre Canadá y Estados Unidos impulsó la producción canadiense y fue un acuerdo que liberalizó el comercio permitiéndole a las compañías tomar ventaja de las economías de escala; por el contrario, agregar un contenido de Estados Unidos en las reglas del TLCAN podría crear un comercio más restrictivo que afectaría la competitividad”, señala el estudio.

El pasado viernes, el Departamento de Comercio de Estados Unidos dio a conocer un estudio de la OCDE donde se encontró que el contenido estadounidense en los autos importados desde México bajó a 18.1% en 2011, desde 26.5% reportado en 1995.

Mientras que el contenido estadounidense en las importaciones automotrices desde Canadá bajó a 26.4% desde 34.9%, durante el mismo periodo.

El gobierno estadounidense todavía no pone sobre la mesa un porcentaje específico de contenido regional en materia automotriz; sin embargo, se anticipa que puede pedir 70% o más del actual 62.5% proveniente de Norteamérica, donde habría un contenido específico de Estados Unidos de 35% o más.

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