El primer constructor mundial de autos, Toyota, dijo hoy que no podrá alcanzar el objetivo de 10 millones de vehículos producidos en 2012, por la caída de su producción y de las ventas en China a causa del diferendo territorial entre Pekín y Tokio. Toyota anunció en agosto, antes de que estallara la crisis sino-japonesa, que iba a producir 10 millones de vehículos en este año, un récord para el constructor nipón. Sin embargo, la caída de las ventas en septiembre en un 50 por ciento en China -primer mercado mundial de autos- a causa del conflicto soberanista provocó que Toyota rebajara sus previsiones, según la prensa nipona. La caída de la demanda en el gigante asiático hizo que Toyota parara la producción en varias ocasiones en su principal fábrica en China, en Tianjin, donde emplea a 13 mil personas y tiene una capacidad de producción de 800 mil vehículos. Las ventas de Toyota en China cayeron en septiembre un 48.9 por ciento respecto al mismo mes de 2011, como consecuencia del boicot de algunos clientes chinos en protesta por el diferendo entre los dos países por el control de unos islotes en el Mar del Este de China. Como Toyota, la nipona Nissan también sufrió una caída de las ventas del 35.3 por ciento en el mismo período, y Honda de un 40.5 por ciento, lo que provocó que también estas firmas reajustaran su producción en el gigante asiático. El ministerio de Comercio chino ya había advertido a Japón que el conflicto por las islas en el Mar del Este de China tendrá un impacto en las relaciones comerciales entre los dos países, al tiempo que miles de manifestantes chinos salieron a las calles y llamaron al boicot de los productos nipones. China suele utilizar las represalias comerciales en sus conflictos políticos, como cuando Noruega concedió en 2010 el Premio Nobel de la Paz al activista prodemocracia Liu Xiaobo, encarcelado 11 años por un delito de opinión, y Pekín detuvo las importaciones de salmón noruego.

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