El gobernador del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens, afirmó que no se sobrerreaccionó para enfrentar el aumento a la inflación, además de que la política monetaria no opera en el vacío, ya que es parte de la política económica del Estado en su conjunto.

“No podría decirse que el Banco de México haya sobrerreaccionado a lo largo de 2016 y 2017. Por el contrario, dado que la política monetaria opera con ciertos rezagos sobre la economía, el banco ha actuado de manera preventiva, de manera que el ajuste sea ordenado y las expectativas se mantengan ancladas”, argumentó el banquero central durante su participación en la ceremonia de inauguración de la 80 Convención Bancaria.

Carstens fue el personaje que más aplausos recibió ayer por la noche al ser la última vez que asiste a esa reunión en su calidad de gobernador central, ya que en diciembre se integrará al Banco de Pagos Internacionales (BIS por sus siglas en inglés) para ocupar la gerencia general de la institución con sede en Basilea, Suiza.

Sin hacer ningún anuncio, como ocurrió hace un año, ni ofrecer a los asistentes alguna frase memorable, como acostumbra, dedicó la mayor parte de su discurso a esgrimir las razones por las cuales la Junta de Gobierno del instituto decidió subir la tasa de referencia cinco veces, con un apretón monetario de 50 puntos base cada una durante 2016, y una vez con la misma dosis en lo que va de este año.

El gobernador del Banco de México dijo una vez más que se espera que la inflación en 2017 se ubique por encima de la cota superior del rango de variabilidad al objetivo establecido por el banco, retomando una tendencia convergente a la meta en los últimos meses del año para situarse en un nivel cercano a 3% al cierre de 2018.

Sin titubeos. Carstens hizo ver que lo más importante es que el público tenga plena confianza en que el Banco de México hará su trabajo sin titubeos, extremando su atención para ver la naturaleza y efectos posibles de las variaciones en los precios, para reaccionar oportunamente y mantener ancladas las expectativas de inflación.

A manera de reflexión, el gobernador central expresó que la política monetaria no opera en el vacío, sino que es parte de la política económica del Estado en su conjunto

Por eso, enfatizó que el hecho de que las decisiones relacionadas con la política monetaria estén en manos del banco central no implica que no se deba buscar una complementariedad con otras políticas económicas.

Incluso, determinó que de existir mayores sinergias entre las distintas políticas de estado, el banco podría lograr sus metas de manera más eficiente y con un menor costo para la sociedad.

Ante los banqueros del país, y frente al presidente Enrique Peña Nieto, Agustín Carstens enfatizó que son tiempos de grandes desafíos que demandan de nosotros “no sólo esfuerzos y talento”, sino también de aquilatar en todo lo que vale la fortaleza de nuestras instituciones. “Sin duda, el Banco de México es una de las grandes fortalezas institucionales que tiene nuestro país.

“Desde 94, cuando se hizo plenamente operativa su autonomía con un mandato Constitucional inequívoco de procurar una inflación baja y estable. Desde 2001 adoptó el objetivo de metas de inflación. El instituto emisor ha cumplido cabalmente con dicho mandato”, afirmó.

Mencionó que durante los últimos 15 años se ha logrado una tasa de inflación promedio inferior a 5%, mientras que durante la presente década ésta ha sido de 3.6%.

Estos datos se comparan muy favorablemente con una inflación anual promedio de 14.6% durante los primeros 10 años de autonomía del banco, es decir de 1994 a 2004.

“De ahí que se afirme que se ha logrado un abatimiento sustancial de la inflación de manera estructural”, dijo Carstens.

“La gradual consolidación de una inflación anual promedio a niveles bajos ha protegido el poder adquisitivo de los mexicanos y ha dado lugar a tasas de interés nominales y reales más bajas, lo que a su vez ha permitido un mayor crecimiento del crédito y la inclusión financiera”, recalcó.

Google News