62% de las startups de base tecnológica de España tiene previsto desarrollar o comenzar a operar en México durante 2017 o 2018, según un informe realizado por IE Business School, mientras que 52% piensa en Colombia y 45% considera a Chile.

De esta forma, tres de los cinco países más atractivos para las nuevas empresas tecnológicas españolas son latinoamericanos, mientras que los otros dos son Estados Unidos y Francia.

El comercio de servicios relacionados con las tecnologías está destinado a crecer más rápido que otros sectores, en este sentido España ocupa el puesto 11 en el ranking mundial de exportadores de servicios en general (con un monto de 108 mil millones de dólares) según datos de la Organización Mundial del Comercio.

Joe Haslam, profesor de IE Business School, destaca que América Latina es la segunda región del mundo, tras la Unión Europea, donde las empresas tecnológicas españolas ofrecen mayor disponibilidad para sus servicios, y también la segunda región en cuanto a volumen exterior de usuarios y facturación para empresas de ese país, tras el propio mercado de ese país y la Unión Europea, por delante de Estados Unidos, Canadá y Asia.

El informe señala que 55% de estas firmas cuenta con empleados y colaboradores en la región. Incluso, 6% de las empresas participantes en el estudio señaló tener una plantilla superior a 25 empleados en América Latina.

La investigación destaca que para 45% de las startups el principal problema en la región es la falta de madurez del mercado, que es al mismo tiempo una ventaja, pues 20% considera que la competencia internacional en los productos y servicios digitales en América Latina es baja frente a mercados como Estados Unidos o la Unión Europea donde la competencia es mucho mayor. 29% señala a los sistemas de pago/cobro como un aspecto a mejorar para sus operaciones en la región.

El III Informe de Internacionalización de Empresas Españolas de Base tecnológica busca medir el ritmo y los destinos que estas startups españolas, muchas de las cuales se pueden llamar empresas tecnológicas debido al tamaño e importancia que han adquirido, a la hora de internacionalizarse y exportar sus servicios.

Un proceso clave es el que Haslam denomina Scaling Up, como contraposición a la Startup. No basta con crear una empresa, hace falta tener muy claro desde el primer minuto cómo va a crecer e internacionalizarse. Sobre todo, en sectores basados en tecnología cuyo mercado es internacional desde el primer minuto.

El profesor aclaró la diferencia entre startup y scale-up utilizando ciertas similitudes. El primer concepto lo relacionó con un cazador, ya que la misión del emprendedor en esa fase es la de buscar recursos. Y el segundo concepto lo describió como un granjero, el cual necesita entender los procesos.

“Para escalar, la clave está en simplificar tú negocio y olvidarte de las cosas que no funcionan”, explicó Haslam.

Los datos del tercer informe son optimistas, aunque también muestran oportunidades en Asia y Estados Unidos que están aún pendientes de ser aprovechadas por las empresas españolas de servicios tecnológicos.

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