“Vale más el prestigio, que el dinero”, ese es un sabio consejo que obtuvo Ignacio Loyola Vera de su padre, y que le ayudó a salir adelante durante una de las épocas más difíciles de su carrera empresarial.

Ignacio Loyola es ingeniero agrónomo zootecnista y desde que terminó sus estudios profesionales se ha dedicado al sector agropecuario.

Su primer empleo fue con el empresario José Roiz González, destacado en el ramo de la ganadería y la agricultura. “Fue mi primer patrón, yo aprendí muchas cosas de él, y una de las cosas que se me quedaron, hasta la fecha, es levantarme muy temprano, porque era un empresario muy madrugador y había que estar desde las seis de la mañana ya en las labores con él”, recuerda Loyola.

Posteriormente, ingresó a la institución financiera Bancomer, como subgerente de Promoción Agropecuaria, donde atendía distintas sucursales.

“Ahí trabajé tres años, tres años dedicado a atender a la gente del campo, que a la larga y en el corto y mediano plazo, me sirvió porque cuando entré en la parte política yo conocía mucha gente del campo”, comenta.

Pero la situación familiar lo obligó a emprender y participar en distintos proyectos, desde la docencia hasta la consultoría.

Así que, refiere que mientras trabajaba en Bancomer, también era profesor en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM). Posteriormente, formó parte de Comercial Agropecuaria de Querétaro, que fue fundada por su padre, Rodolfo Loyola, y el ex gobernador de Querétaro, Antonio Calzada Urquiza, entre otros prominentes empresarios.

“Había que tener varios empleos porque la familia iba creciendo rápido, así que había un negocio que se fundó en la época del gobernador Calzada Urquiza, junto con una Unión de Productores de Leche, que se llama Comercial Agropecuaria de Querétaro, un negocio que está por cumplir 40 años”, refiere.

Miembro de Coparmex

Además de participar en Comercial Agropecuaria, el ingeniero daba algunas asesorías a equipos de ordeña, y comenzó a trabajar en la siembra de hortalizas, y a participar en otros negocios.

“Estando en esos negocios durante los siguientes años, llegó el ‘error de diciembre’ (la crisis económica de 1994), y si a algún sector pegó fuertemente fue al campo, ya que la gran parte de los agricultores tenían créditos, las vacas (por ejemplo) se cotizan en dólares, entonces todo se hizo muy complicado”, menciona.

La crisis de 94-95 la resintió mucho el sector agropecuario, situación que provocó que los intereses se “dispararon” y la cartera vencida con los bancos dejó de pagarse, así que se buscó una forma de atender la situación.

Para el año de 1995, Ignacio Loyola formaba parte de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en el estado, y también a través del organismo cúpula buscó apoyar a los empresarios. “Empezamos a hacer una gran labor para sensibilizar a los banqueros para que hubiera alternativas para pagar.

“Hicimos mucha labor, y finalmente se hizo lo de las UIDS (Unidades de Inversión), fui de los primeros que firmó las UDIS y que pagó (…) vendiendo lo que se podía vender y siguiendo un consejo que me dio mi padre, me dijo: vale más el prestigio que el dinero”, aseveró el ex gobernador.

Tras la turbulencia económica, la vida empresarial de Loyola se dio un receso hacia 1997, cuando incursionó en la política, y fungió como gobernador de Querétaro, para el periodo 1997-2003.

Al terminar su gestión, estableció junto con otros socios la consultora Desarrollos y Consultoría Once Once, donde ha trabajado los últimos años, intercalando la actividad del sector privado con otras funciones en el sector público nacional.

Durante la administración del ex presidente Vicente Fox, estuvo a cargo de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), y en la dirección de Agroasemex, en el gobierno del ex mandatario Felipe Calderón.

En la consultoría se atienden distintas áreas como son: asuntos jurídicos y proyectos de administración de riesgo, donde se asesora a empresarios sobre seguros agropecuarios y cuestiones ambientales, entre otras actividades.

Los últimos 40 años de Querétaro

Ignacio Loyola destaca el cambio que ha tenido el estado en los últimos 40 años, donde la vocación del estado, originalmente agropecuaria, se ha transformado a una economía industrial y de alta tecnología en sectores específicos.

Afirma que a partir de los años 70 se comenzó a nivelar la actividad productiva hacia la industria, con un énfasis especial en los últimos diez años en los sectores aeronáutico y automotriz.

“Se da un cambio importante y empieza a nivelarse con el tema industrial, que antes de los años 70 la fuerza que tenía el estado era la parte agropecuaria. Y en ese tiempo se pasa a la parte industrial y se sigue desarrollando hasta que en el siglo XXI, se desarrolla el sector aeronáutico, con una posibilidad de más futuro”, comenta Ignacio Loyola.

Respecto a ese desarrollo, el ex gobernador destaca también la participación de la población, donde la propia sociedad queretana ha determinado la calidad de vida que desea tener, y por consiguiente el tipo de estado.

“Querétaro es un estado que ha crecido sostenidamente desde hace 40 años o más, el bache en 94 fue en todo el país, pero Querétaro se ha mantenido.

“Y creo que el secreto de ese crecimiento está en que Querétaro está formado por una sociedad muy exigente, de los que aquí nacimos y los que decidieron venirse a vivir para acá, se vuelve una ciudad complicada en el sentido de que a la gente le gusta que las cosas estén bien”, asegura.

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