“Cuando no tienes nada, no tienes nada que perder”, así comenzó la historia de Mauricio Kuri González al frente de El Asturiano, la cadena queretana de tiendas de conveniencia.

El empresario ha apostado por Querétaro y ha cimentado sus éxitos en la herencia más valiosa que él considera, ha tenido en vida: la enseñanza de su padre.

“Tuve la posibilidad de heredar un padre que me enseñó a trabajar y que me enseñó a vender, y que me permitió saber que la vida no era fácil, que había que trabajar para obtener lo que tu querías. Y así como yo lo admiro a él, espero que un día mi hijo me admire”, aseguró en entrevista.

Kuri González llegó a Querétaro en 1978 junto con su familia, aunque en 1982 se mudaron a la Ciudad de México por negocios de su padre, quien tenía una fábrica de ropa y un restaurante de comida árabe, y era en este último donde Mauricio trabajaba después de clases.

Pero, a los 14 años Kuri dejó los estudios de secundaria y se dedicó a apoyar a su padre en el restaurante y en la fábrica. “Cuando tenía 14 años no iban muy bien las cosas en la empresa, así que dejé de estudiar”, dijo.

El empresario recordó cómo en aquel tiempo su padre era de la idea que estudiar no era una buena inversión, ya que una persona “perdía” los mejores años de su vida y lo que debía hacer era ponerse a trabajar.

En 1985, los negocios familiares cierran y la situación se torna difícil para la familia Kuri González. “Había que pegarle más fuerte porque nos quedamos sin nada, y yo empecé como agente de ventas de ropa para sacar adelante a la familia. Tenía ya 16 años, e iba yo a vender”, comentó el empresario.

Posteriormente, a los 18 años se asoció con un fabricante argentino para abrir una fábrica de ropa deportiva. Ahí “tuve la oportunidad de sentirme empresario por primera vez en mi vida, y ahí me di cuenta que es un verdadero viaje, una experiencia que te deja de todo”, enfatizó.

En 1991, regresó a Querétaro para poner un negocio con sus hermanos. Sin embargo, las cosas no fueron bien para la empresa y en 1995 tuvieron que cerrar.

“No éramos dueños ni de la camisa que traíamos puesta y debíamos muchísimo”, refirió Kury González.

A pesar de las dificultades, en 1996 Mauricio Kuri puso otro negocio con la ayuda de sus cuñados, y de esta forma, en 1997, también con el apoyo de un amigo que tenía desde la escuela primaria, abrió su primera tienda de conveniencia. “La enseñanza que he tenido es que cuando no tienes nada, no tienes nada que perder, y es lo que yo tenía en ese momento… Pude saber lo que es no tener trabajo, lo que es pensar, lo que es hacer créditos con los amigos, y que hay amigos en las buenas y en las malas, y que los mejores son los que están en las dos”, afirmó el empresario.

Además, a su lado ha tenido a su valiosa esposa, quien le ha apoyado en los momentos más difíciles.

Nunca es demasiado tarde

Tras ese ajetreo laboral, económico y emocional, Kuri González logró consolidar su empresa y entonces sí, retomar sus estudios. De esta forma, cursó la preparatoria que había dejado trunca y luego cursó la Licenciatura en Derecho, la cual terminó en 2007.

“Terminé mi carrera a los 37 años. (Y) lo hice en gran parte por el ejemplo para mis hijos, porque ahí sí estoy en desacuerdo con mi padre, la carrera es muy importante y en un mundo tan globalizado es muy importante prepararte”, aseveró.

También comenzó a involucrarse en los organismos empresariales en el estado, donde ha participado como consejero y presidente de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) de Querétaro, y actualmente como presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en la entidad.

El mejor lugar para trabajar

Para Mauricio Kuri el mayor valor para un empresario es su equipo de trabajo, y que éste tenga las mejores condiciones laborales. Esto es lo que hace que un negocio tenga éxito.

“Todo empeora sin trabajo, y sé lo que es tener patrones que no te tratan bien. Así que estoy convencido, sin romanticismos, que la mejor inversión es tener un ambiente laboral sano”.

Y es que, es una realidad que uno pasa la mayor parte de su vida en el lugar de trabajo, por lo que es importante que éste ofrezca condiciones sanas, transparentes, que la relación entre los patrones y los empleados sea honesta y de respeto.

En este sentido, el objetivo del empresario para 2015, es que El Asturiano sea la compañía más rentable de Querétaro y el mejor lugar para trabajar.

“Se puede lograr. (¿Cómo?) Dignificando a la persona, siendo muy transparente con los trabajadores, poniendo las cartas sobre la mesa y siendo honesto contigo mismo… ser muy suave en el trato y muy duro en la tarea”, aseguró.

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