La independencia así como un buen liderazgo ayuda a mejorar el clima laboral en una empresa y por lo tanto incrementar la productividad, de acuerdo con la organización “Med Works, Medicine at Work”.

Esta agrupación indica que la independencia entre los empleados mide el grado de autonomía de las personas en la ejecución de sus tareas habituales, condiciones físicas y las características medioambientales en las que se desarrolla el trabajo.

En tanto, el liderazgo reside en la capacidad de los líderes para relacionarse con sus colaboradores de manera sana y productiva.

De acuerdo con dicha asociación que estudia diferentes factores para mejorar la salud en el ámbito laboral, evaluar las relaciones entre los colaboradores es muy recomendable, analizar tanto los aspectos cualitativos como los cuantitativos en el ámbito de las relaciones.

Con los resultados obtenidos se diseñan “sociogramas” que ayudan a entender y mejorar la capacidad de colaboración entre los trabajadores.

También es altamente recomendable analizar la organización que hace referencia a si existen o no métodos operativos y establecidos en el trabajo.

Además, hay tareas y actividades que un CEO o directivo debe aprender a delegar, sin embargo, existen otras más que debería resolver y atender él mismo, como la planeación estratégica, relaciones con inversores, cultura empresarial, reclutamiento y evaluación de directivos, adquisiciones y reglamentos internos.

De acuerdo con Med Works, para convertirse en un buen líder para su empresa necesita desarrollar sus habilidades para relacionarte con el exterior, el interior y consigo mismo.

En ese sentido existen tres competencias que son necesarias para convertirse en un directivo eficiente: capacidad para generar alianzas y acuerdos externos, que permite generar estrategias que impulsen al crecimiento de la empresa.

Las competencias estratégicas dependen de la capacidad ejecutiva y del liderazgo del directivo. Tienen que ver con el desarrollo, motivación y la lealtad de los colaboradores.

En cuanto a las competencias de eficacia personal se relacionan con el equilibrio y desarrollo personal. Tener y potenciar estos hábitos ayudarán al directivo a mejorar su relación con el ambiente, con las personas que lo rodean y con sí mismo.

Existen factores que influyen directamente en la calidad del clima laboral: lo mejor es contar con un liderazgo flexible y adaptable. Es decir, el líder deberá tener una amplia gama de actitudes ante las diferentes circunstancias; a veces deberá ser fuerte, a veces comprensivo.

Las relaciones interpersonales deben ser sanas y fluidas. Es necesario vigilar las relaciones y estar atento a disgustos y malentendidos entre el personal.

Se debe fomentar la implicación, que es el grado de compromiso que sienten los colaboradores hacia la empresa y que en muchas ocasiones está determinado por la percepción del compromiso que la empresa tiene para con sus colaboradores.

Propiciar un buen clima laboral es responsabilidad de la alta dirección, que con su cultura y con sus sistemas de gestión prepararán el terreno adecuado para que se desarrolle.

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