Si estás a punto de divorciarte y junto con tu pareja mancomunaste una hipoteca para tener un mejor crédito, lo primero que tienes que saber es bajo qué regimen te casaste, es decir, mediante una sociedad conyugal o mancomunada, o por bienes separados.

Si el matrimonio fue a través de una sociedad conyugal los bienes que llegue a tener la pareja serán de ambos.

Ana Ruiz Velázquez, abogada especialista en materia familiar, de Ruiz Velázquez y Asociados explicó que prácticamente en el 80% de los divorcios se da este tipo de situaciones y en tal caso, la pareja debe llegar a un acuerdo sobre cómo dividir los bienes.

“Si no se ponen de acuerdo, posteriormente al divorcio hay una figura que se llama Incidentes de liquidación de sociedad conyugal, que lo que hace es que la propiedad sale a remate y de lo que se obtenga por la venta del inmueble corresponde el 50 por ciento a cada parte”, señaló la experta.

En un crédito conyugal, el que aporte mayor ingreso será el que se reconozca como acreditado y el otro será el coacreditado, pero su situación será la misma, teniendo las mismas responsabilidades y beneficios”, de acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección de Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).

De este modo ambos se obligan a pagar el préstamo según lo convenido y al final del crédito ambos serán dueños del inmueble en partes iguales sin importar quién aportó más y quién menos.

“En caso de divorcio, los bienes que se encuentran hipotecados no pueden dividirse hasta que estén liquidados en un 100 por ciento. Porque la propiedad se encuentra hipotecada, entonces en realidad le pertenece a un tercero”, destacó Ana Ruiz Velázquez.

Las instituciones financieras ofrecen varias alternativas, como hacer un ajuste en el plan de pagos, dependiendo del acuerdo al que llegue la pareja, o bien dejar un único dueño y hacer la sustitución de deudor, con lo que una sola persona queda como acreditada.

En cualquiera de los casos, la recomendación es acudir inmediatamente a la institución con la que se tiene el crédito hipotecario para hacer los ajustes necesarios, porque en caso de que se deje de pagar el crédito, la institución puede solicitar la liquidación de la deuda.

“Siempre hay un representante, pero quienes tienen la deuda son ambos y en el caso de que el banco o la institución financiera quisiera demandar ese pago, los va a demandar a los dos”, concluyó Ana Ruiz.

De acuerdo con datos del Inegi, los divorcios en México se han incrementado en los últimos años.

De 2000 a 2015, el número de separaciones creció 136.4 por ciento.

Para 2015, había 22.3 divorcios por cada 100 matrimonios.

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