Washington.— El nominado para liderar la Secretaría de Comercio de Estados Unidos en la presidencia de Donald Trump, el millonario octogenario Wilbur Ross, confirmó ayer que la renegociación del TLCAN será “una prioridad” para la administración estadounidense entrante.

“El TLCAN es lógicamente la primera cosa para nosotros con la que lidiar”, respondió Ross tras una pregunta en la audiencia de ratificación de su nombramiento en el Senado.

“Creo que debería ser y espero que sea, si soy confirmado [para el puesto], un tema muy temprano para la administración [Trump]”, añadió. Contrariamente a otros nominados para otros puestos de relevancia en el futuro gabinete, Ross no se desmarcó del próximo presidente de Estados Unidos, y corroboró al cien por ciento su visión de revisión de los tratados comerciales en ese país.

El TLCAN se convirtió durante la campaña en uno de los objetivos de ataque favorito de Donald Trump, al que culpó de la pérdida de empleo e ingresos de la clase trabajadora estadounidense. Un acuerdo comercial que en su opinión sólo favorece a México, y algo con lo que prometió acabar y renegociar para lograr un trato más justo para Estados Unidos.

Desmarcándose del matiz con el Trump más proteccionista, Ross se presentó como una persona favorable al libre comercio, “pero el comercio sensato”. Eso le unió de nuevo al magnate, porque abogó por relaciones comerciales internacionales que respeten los intereses de Estados Unidos con las normas marcadas por ellos.

“El primer objetivo será expandir nuestras exportaciones”, aseguró, apoyando la idea de aumentar la producción propia y priorizando la manufactura nacional en la que predominen ventas sobre importaciones.

Ross llegó bien preparado a la audiencia. Cuestionado por unas informaciones que lo acusaban de haber eliminado cerca de 2 mil 700 empleos de Estados Unidos para mandarlos a México, Ross respondió que con la adquisición de algunas empresas en el país (se dedicaba a comprar empresas en bancarrota para reflotarlas) incluso hubo ganancias de puestos de empleo. Sobre conflictos de interés, Ross prometió que se deshará de grandes activos y saldrá de juntas de dirección de más de 50 empresas.

Además, quiso aclarar uno de los puntos que pueden haberle dificultado su ratificación: el descubrimiento de que hace sólo unos días despidió a un empleado doméstico indocumentado, un aspecto que obligó a retirar la candidatura a puestos de gabinete a al menos tres personas en las últimas décadas, y que entra en claro conflicto con las declaraciones antiinmigración y amenazas de deportación de indocumentados de Trump.

No se prevé que Ross tenga muchos problemas para ser confirmado como el secretario de Comercio de Donald Trump y sea uno de los líderes de la negociación del nuevo TLCAN con México y Canadá.

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