“¿Por qué música? Porque amamos la música. Y es algo bueno hacer algo que amas”. Estas palabras se escucharon de Steve Jobs segundos antes de que diera a conocer su nuevo juguete: el iPod, en 2001. La historia ya la conoces. El aparato cambió la industria de la música. Eduardo Mussali recurre al mismo argumento cuando le llegó la oferta de trabajar para Deezer. “¿Qué es eso de Deezer?”, le preguntó a la voz que se oía por el teléfono. Cuando escuchó que se trataba de música, se le iluminaron los ojos y aquel headhunte r tenía su atención. ¿Por qué? Porque este joven ama la música.

México ha sido tradicionalmente un territorio fuerte de piratería, no sólo en música, sino en películas. Es aquí donde entra la lógica de los servicios como Deezer. La explicación más a la mano de qué es Deezer es “la competencia de Spotify”.

Pero dejar la descripción ahí sería injusto para las dos plataformas. Ambos son un servicio, por web o en su aplicación en tableta o smartphone, que provee de música por medio de streaming. Es decir, sin necesidad de adquirir la música, p uedes elegir qué escuchar y hacerlo posible en segundos (incluso menos de un segundo, muchas veces).

Aquí es donde incluyo los datos relevantes de la industria, de cómo cada plataforma se mide ante la otra, pero como parte de un negocio nuevo los jugadores no quieren revelar demasiado. Sólo se sabe que Spotify es líder en número de usuarios que pagan su servicio premium (99 pesos al mes), y que Deezer tiene un mayor catálogo (“se dice” que de alrededor de 25 millones de canciones) y que cuenta con más usuarios (millones), aunque de estos no todos están inscritos en el servicio Premium+ (actualmente tiene una oferta a 49 pesos mensuales).

Pero el panorama se pone más interesante con la llegada de Claro Música, de la mano de Telcel y Telmex, sin contar otros servicios similares como Rdio, Rara, IdeasMusik, Google Music, Xbox Music. Además, claro, de la nueva apuesta de Google por medio de YouTube, que aún está por salir. Es decir, nada está escrito en esta industria, algo que Eduardo ha vivido en su propia experiencia.

Melómano a la mano

No hay manera de dejar pasar el hecho que Eduardo es muy joven, especialmente porque no pretende parecer mayor, ni le interesa convertirse en un “ejecutivo”, si por “ejecutivo” entendemos a un tipo vestido de traje y corbata todo el día. No.

Para su grupo de amigos, desde siempre, Eduardo Mussali era a quien se acercaban para que les compartiera música en archivos comprimidos. Siempre había sido algo que lo distinguía. Así que cuando recibió esa llamada de un headhunter para ofrecerle trabajar en Deezer, Eduardo no pudo más que sonreír. Y esa sonrisa, más que la propuesta monetaria, fue lo que lo hizo aceptar.

“Fue magia”, me lo dice un poco incrédulo de cómo lo contactaron por LinkedIn. Su paso por Miorden.com, empresa de pedidos de comida que inició él solo con un equipo de cuatro personas y que más tarde la adquirió SinDelantal.com, fue lo que lo puso en el escaparate de los emprendedores con conocimiento, y agallas, de cómo aventarse a un terreno desconocido.

Eso sí, su gusto musical está muy dedicado a lo electrónico: Kiesza, Vance Joy, Jan Blomqvist están en su cuenta de Twitter como sus nuevas favoritas. Si no te gusta el género, difícilmente sabrás quiénes son. La música es una parte importante en su rutina diaria. La escucha mientras hace ejercicio, principalmente crossfit casi cinco días a la semana. La trifecta a la que siempre recurre es: ejercicio, café y música. Si una de ellas no está presente, siente que algo falta.

Pero una cosa es ser fanático de la música y otra saber sobre la industria. En ese momento, admite, le faltaba conocimiento: el trato con las disqueras (o los sellos), las regalías que se paga a los intérpretes, entre muchos otros detalles legales. La tarea no era sencilla, sobre todo porque se trataba de un terreno nuevo, no sólo para Eduardo, sino para toda la industria.

Tierra de nadie

La empresa francesa, que había iniciado como un sitio donde se podía tener acceso a archivos de música de manera ilegal (al estilo Napster), relanzó su producto como Deezer y se sentó a la mesa con las disqueras. La gran diferencia con la experiencia de Spotify es que la francesa tenía, y sigue teniendo, como objetivo tomar el mundo. Mercados importantes como Estados Unidos y Japón requieren una inversión millonaria y negociación con las disqueras (distribuidoras propiamente), así que prefirieron tomar primero el resto del mundo. Y lo están logrando.

Ahí es donde entra Eduardo Mussali, porque México, el territorio del que él se encarga, es la antesala para Estados Unidos. Aquí los usuarios de Deezer pasan más tiempo en la aplicación o página web que en el resto de los 181 países donde está la plataforma. Algo que notó Eduardo, a diferencia de otros territorios, es que los mexicanos pasamos mucho tiempo en YouTube.

Con estos datos en la mano y la preparación intensa en Europa que tuvo en los primeros meses de 2003 tiene todas las armas para hacer despegar el servicio que presume tener un mayor catálogo que su más cercano competidor. Incluso, en un principio, y por tener una relación de uno de los socios con Warner, esta disquera no estaba con Spotify, hasta hace sólo algunos meses. Así que el panorama se volvía más retador para Eduardo.

Ante la competencia

Así como se trata de PC vs Mac, Pepsi vs Coke, McDonalds vs Burger King, la dupla de servicios de streaming de música en México está clara que se trata de Deezer vs Spotify. Dos de cada tres usuarios de servicios de streaming de música están en uno o en otro.

“Eduardo en el plano personal es un gran tipo. Es una buena persona. En el plano profesional es un tipo talentoso. Si por algo Deezer está compitiendo tan fuerte se debe a que Eduardo tiene un gran liderazgo; ha armado un gran equipo. La gran diferencia entre las dos es el equipo que tiene Deezer que sabe de música”. Quien dijo estas palabras fue Bahigh Acuna, el encargado del lanzamiento de Spotify.

Se trata de una diferencia sutil para el consumidor, y si de algo se jacta Eduardo es de tener una plataforma y un algoritmo que no sólo te sugiere canciones adecuadas a lo que has escuchado anteriormente, sino que su equipo en México, con quienes convive todo el día, no son técnicos, programadores, son editores musicales. De alguna manera, se trata de lo que solía hacer Eduardo con sus amigos que se le acercaban por una selección de música. Ahora lo sigue haciendo, pero por medio de Deezer y con un equipo que se dedica justamente a eso.

Eduardo también es un ejemplo del espíritu emprendedor de StartUps. No solo por su historia en MiOrden.com, sino porque comparte los valores y compromiso con el usuario. Se trata de un grupo de personas que esperan hacer la diferencia al corregir el servicio al cliente, al escucharlo (muchas veces por Facebook o Twitter) y a desarrollar un producto o servicio como el que ellos mismos quisieran recibir.

Esta generación o tribu de emprendedores que usan la tecnología a su favor no es otra cosas más que nuevos empresarios. Así que la competencia es igual o más férrea, solo que al mismo tiempo hay un respeto por el otro y admiración, pues lo que otros han descubierto en la industria es un avance para todos. Así pasó con el mp3, el streaming, las estaciones de radio web, entre otras cosas. Nadie es dueño de la idea, solo quien la ejecuta bien se lleva ese pastel: el mercado.

“Es competencia de la buena. Obliga a levantar la vara”, me dice Bahigh, quien ya no trabaja para Spotify porque quería probar cosas nuevas.

Marketing al servicio del cliente

Eduardo Mussali pasó tres meses ideando la estrategia de marketing con un presupuesto limitado. Anuncios masivos en televisión quedaron descartados por el alto costo, pero sus acciones en redes sociales le dieron la fuerza para llevar más usuarios que no pagaban a darle clic a Premium+. Promociones como la reciente a mitad de precio busca tener más mercado en el menor tiempo posible para mantener el modelo de negocio, que está más inclinado a la suscripción que a la venta de publicidad.

“Lo que es clave en internet es que puedes ser muy chico, pero puedes dar la cara como si fueras muy fuerte y muy grande”.

Hay una regla en las empresas digitales: la rep u tación lo es todo y la reputación se pone en juego en cada momento. Así que una plataforma como Deezer, ya probada en otros países, es tan robusta que las quejas de los usuarios son mínimas. De haber algunas, el equipo tiene que responder inmediatamente, si no aquello puede ser una avalancha de quejas por Twitter y Facebook.

Eduardo no es ajeno a esas situaciones. Muchas veces en SinDelantal.com el restaurante no llevaba el pedido a tiempo y el usuario se quejaba directamente con el sitio de internet. “No era nuestra culpa, pero se desquitaban con nosotros”. No era raro verlo salirse del cine o de una plática con sus amigos para responder algunas quejas de los usuarios. Con Deezer, ya cuenta con un equipo suficiente para enfocarse en los importante: la música.

El factor Eduardo

Pero Eduardo no es programador; sabe crear equipos y echar a andar una plataforma desde cero. Y eso hizo. Ahora está más enfocado en ganar más mercado presumiendo un mayor catálogo (que cambia constantemente). Con su rutina de trabajo a tope, café, beats y ejercicio sabe muy bien dónde está parado. Aunque no me lo comparte, sabe exactamente cuántos usuarios de paga se inscriben cada día y cómo mantener la tendencia. Ha aprendido de sus propios errores.

De MiOrden.com me comentó: “El peor error que pude haber hecho fue contratar a una empresa para que desarrollara la plataforma. Lo aprendí: si vas a tener tu negocio online, ese es tu corazón, debes tenerlo internamente. Tienes que estarla modificando, con nuevas ideas; imposible que lo haga un tercero”.

Hubo una ocasión en la que Eduardo Mussali tuvo que dejar de lado la “filosofía” del emprendedor relajado. Tomó las riendas de su equipo y les exigió un horario definido. En el mundo de las startups románticamente se supone que todo mundo podría trabajar desde su casa. Un par de semanas operando le abrieron los ojos y sin dudarlo implementó hora de llegada y salida, algo que va en contra de la idea romántica de los startups. Eduardo ya pasó por eso, ya aprendió y ahora ejecuta.

***

Hay algo de lo que Eduardo Mussali no tiene pleno control dentro de Deezer México. Cada día, un integrante de su staff de editores es quien escoge la música. Fuera del jueves, paradójicamente, Eduardo no siempre elige qué escuchar. Alguna desventaja debía tener ser conciliador.

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