Uno de los mejores consejos para iniciar el año: “Cuídate de los pequeños gastos: una diminuta fuga terminará por hundir a un gran barco". La recomendación es de Benjamín Franklin –considerado uno de los padres de Estados Unidos–, pero hoy, después de un par de siglos, sigue vigente, sobre todo cuando estos pequeños gastos, llamados hormiga o fuga, pueden representar hasta 12% del salario, según la Comisión Nacional para la Defensa y Protección de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).

“El café de las mañanas, el cigarrito después de la comida, la cerveza con los amigos, la propina o la diferencia para agrandar tu combo en el cine, entre otras cosas, son pérdidas de dinero que bien podrías utilizar para algo más útil”, cuestiona la institución.

Es decir, que por cada 100 pesos, 12 se van a comprar chicles, cigarros, café, y demás productos que realmente no traen ningún beneficio a largo (vaya, ni a mediano) plazo.

A todos nos ha pasado y es momento de aprovechar los bríos nuevos que trae este 2018 para hacer que este mal hábito termine. ¿Cómo? Haciendo un presupuesto y cambiando hábitos. Hacer un presupuesto no es divertido pero es quizá el consejo rey de las finanzas personales. Es necesario tener claro cuánto dinero entra, cuánto se gasta de manera fija, cuánto se va al saco de ahorro, cuánto se tiene para gastar de manera corriente y hacerlo por escrito es esencial para que realmente funcione.

Te dejamos una serie de consejos que te pueden ayudar a cambiar de hábitos y comenzar a gastar menos.

Café. Considera que compras un café que cuesta 50 pesos tres veces por semana. Al mes son 600 pesos; al año suman 7 mil 200 pesos. Si no tienes una cafetera de grano, cómprala, hay desde 200 pesos en cualquier tienda departamental y diario, a la hora que te levantes, pon el café y préndela.

Propinas. Darlas no es obligatorio y sólo se brinda si el servicio que se recibió se puede juzgar como bueno. Es recomendable dar 10%. Desembolsa una cantidad al día para las gratificaciones (el viene-viene o el señor que te ayuda a guardar el supermercado en la cajuela, etcétera) y cuando se acabe esa cantidad, da por terminada la repartición.

Comida fuera de casa. Quizá cargar el tóper no es lo más cómodo, pero sí hará la diferencia con respecto a tus finanzas a final de mes. Haz la despensa una vez a la semana, si es posible, en un mercado o tianguis que es más barato. Planea el menú de la semana y cocina sábado o domingo. Si quieres darte un gusto, come un día a la semana fuera y agrégalo al presupuesto. Según números calculados con base en la canasta básica (a cifras de 2014) por el Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM, comprar en un supermercado puede ser al menos 11.7% más caro que hacerlo en un tianguis.

La tiendita. Es importante decir que comprarle a la tiendita de la esquina hará que subsista un micronegocio, pero es una realidad que también va a sangrar tu bolsillo si cada vez que vas te surtes con toda clase de antojitos. ¿Tienes hambre a media mañana? Llévate una colación a la oficina. ¿Vas a comprar un cigarro suelto? Si fumas, considera las cajetillas de cigarros que te acabes a la semana o a la quincena en tu presupuesto y cómprala, porque comprar cigarros sólo hará que tu bolsillo se vacíe. Sólo haz cuentas: Si compras a cinco pesos cada uno los 20 cigarros que contiene una cajetilla, estarás gastando al menos el doble de lo que te cuesta una. La magia está en el presupuesto. Considera que las tiendas de conveniencia suelen ser más caras que cualquier tiendita de la esquina.

Uber o taxi. Es muy fácil llamar un Uber cuando te levantaste tarde y en transporte público no llegas ni aunque el autobús volara, pero basta ver cómo el estado de cuenta de tu tarjeta de crédito para darte cuenta que todos los viajes que hiciste al mes no han sido tan buena idea para sus finanzas. Levántate más temprano y date más tiempo de margen para llegar a tus citas y no tengas que tomar ningún taxi, y sólo utiliza este servicio cuando sea estrictamente necesario. Calcula una serie de viajes en tu presupuesto y cuando se termine, se acabó.

Alcohol. Si te gusta beber, este puede convertirse en tu peor pesadilla. Basta hacer un pequeño cálculo. Supongamos que tomas cinco cervezas (es la bebida más común en México) el viernes en una comida con tus amigos del trabajo y que te cuestan 40 pesos. Estarás gastando 200 pesos, más tu consumo en alimentos. Si tomas el sábado, súmale también. Pero supón que sólo lo haces los viernes, al mes, estarías gastando 800 pesos. Seguro te ha pasado y abres la cartera al otro día preguntándote: “¿A dónde se fue mi dinero?” Presupuesta cierta cantidad para salidas con tus amigos y apégate a ello. No saques la tarjeta de crédito si no te sabes controlar.

Redondeo, comisiones. Esa cantidad que decides donarle a quién sabe quién, esos pesos que gastas de más cuando haces tú café de chico a grande, esa comisión que pagas cuando sacas dinero de otros cajeros que no son del banco al que perteneces, esa comisión extra que te cobran en algunos establecimientos por pagar con tarjeta de crédito, etcétera.

Spotify, Netflix, Servicios de cable, Youtube Red, la app que te genera menús de comida… la lista de gastos hormiga digitales puede hacerse interminable. La idea no es que los canceles todos, sino que realmente hagas un análisis de qué es lo que estás realmente utilizando, qué estás subutilizando y qué aplicaciones de plano ni abres y aún así las estás pagando.

Plan de celular. Quizá tienes uno más modesto, gastas más megas y por eso siempre terminas pagando de más. Analiza tu recibo mensual, ve a las oficinas de tu compañía telefónica y cámbialo a uno que se ajuste a tus necesidades. Si no te convence, compara y cámbiate. Existen también apps, como Weplan, que pueden ayudarte también a consumir menos datos.

Uñas gelish, visita a la barbería, planchado... Son servicios de belleza y cuidado personal que bien puedes espaciar, y sobre todo presupuestar para que no te quedes sin dinero al final de la quincena. Si tu barba ha crecido y ya es incontrolable por supuesto que una barbería suena indispensable, pero no cada semana y media porque te dio flojera cortártela tú solo. Haz un análisis honesto de qué es lo que vale y lo que no, recorta gastos y sobre todo inclúyelo en tu presupuesto de manera periódica para que no implique un desbalance.

Google News

TEMAS RELACIONADOS