Los Certificados de Infraestructura Educativa Nacional (CIEN) son un complemento al presupuesto federal para mejorar la infraestructura de escuelas públicas en el país; sin embargo, representan una nueva deuda pública e inversión poco productiva, coincidieron expertos.

El analista económico, Gerardo Esquivel, explicó que los CIEN implican un endeudamiento público y que los recursos que se generen a partir de estos certificados van a ser utilizados para gasto corriente.

Es equivalente a adquirir un crédito a la nómina, es decir, un banco le presta al individuo porque sabe que reciben constantemente un sueldo, tiene una fuente de pago asegurada, “pero no deja de ser un crédito para el banco y una deuda para el individuo”. Lo mismo sucede con los bonos de infraestructura educativa, dijo Esquivel.

Ramón Martínez, catedrático de la UNAM, coincide en que los CIEN son similares a otros bonos en la bolsa. Sin embargo, dice, puede que los inversionistas lo consideren poco atractivo pues no es una inversión como construir carreteras o puentes, sino paredes y baños de escuelas; existe el riesgo de que los principales inversionistas sean funcionarios públicos.

El secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño subrayó que los CIEN no son una nueva deuda porque “se traerán recursos del futuro al presente”, a través del Fondo de Aportaciones Múltiples (FAM), un argumento que refrendó el secretario de Hacienda, Luis Videgaray.

El gobierno estima que con los rendimientos de los certificados van a beneficiar a 5.6 millones de alumnos, de los cuales, 1.9 millones viven en zonas indígenas. Busca apoyar alrededor de 30 mil planteles en 2 mil municipios del país.

Transparencia, prioridad. Martínez agregó que el gobierno debe divulgar información sobre el funcionamiento de los certificados. Se espera que al final de esta administración, los CIEN generen 50 mil millones de pesos más para las escuelas públicas, es decir, 1.6 millones de pesos por plantel.

El presidente de Sustentabilidad para México A. C., José Luis Gutiérrez Brezmes, explicó que por las diferentes condiciones físicas de los colegios, en algunos casos es mejor optar por la reconstrucción de las escuelas y en otros empezar de cero. Por esa razón, es una prioridad la transparencia en la administración de recursos.

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