El agua es indispensable para vivir, pero varía la fuente de donde se consume. Por ejemplo, 71% de los hogares encuestados en México prefieren beber agua que viene en garrafón o en botella, a pesar de ser más cara, comentó Francisco Jimenez, director general adjunto de Recursos Naturales y Medio Ambiente del Inegi.

El costo promedio para los hogares que recurren al consumo de agua a través de la red pública es de 126 pesos promedio al mes, contra los 175 pesos que representa adquirirla embotellada; es decir, 39% más cara, de acuerdo con los resultados del Módulo de Hogares y Medio Ambiente que elaboró el instituto.

Al preguntarles a los encuestados el motivo por el que prefieren beber agua embotellada, 72% lo hizo por la poca confianza que se tiene sobre la red pública de distribución del líquido, lo que llama la atención sobre la calidad de este sistema de abasto.

Otras fuentes de abastecimiento del líquido que prefieren los mexicanos fueron, en orden de importancia, directamente de la llave de la red pública, con 12%; de la red pública, pero filtrada, hervida o con gotas de cloro, 11%; pozo o río filtrada, hervida o con gotas de cloro, 4%, y otros medios, con 2% de los encuestados.

Jimenez destacó que esta encuesta se levantó a nivel nacional, por lo que los resultados difieren en el ámbito urbano y rural.

Por ejemplo, en las poblaciones de más de 2 mil 500 habitantes, 80% de los hogares prefiere consumir agua embotellada, contra 39% en localidades con menos de 2 mil 500 habitantes.

En tanto, en las localidades urbanas solamente 18% bebe agua de la red pública, ya sea directamente o filtrada, hervida o con gotas de cloro; en las localidades rurales 40% lo hace de esta forma, mientras que 14% la toma de pozo, rio o manantial, después de ser debidamente procesada para su consumo.

Si bien, en ambos casos el principal motivo por el que prefieren beber agua embotellada es la desconfianza en la red pública (75% en el ámbito urbano y 54% en el rural), cabe destacar que 29% de los hogares rurales lo hace porque no cuentan con agua de las redes públicas.

En términos generales, el módulo revela que 88% de las familias radicadas en áreas urbanas compran agua embotellada, contra solamente 12% de quienes se ubican en áreas rurales.

Mientras tanto, el gasto promedio semanal en el primer caso es de 43.9 pesos y en el segundo asciende a 42.5 pesos, apenas con una diferencia de 3.2%.

Sobre la forma de medir el consumo de agua que determina el pago, el módulo revela que 39% lo hace a través de la lectura del medidor individual; 34% a través de una cuota fija; 6% lo tiene incluido en el pago de otros servicios o compartido, y finalmente 11% no tiene agua y 9% no paga.

La sostenibilidad ambiental del desarrollo está fuertemente relacionada con la forma en que se producen y consumen los bienes y servicios que necesita la sociedad.

Ciertos patrones de consumo y prácticas de los hogares relacionados no solamente con el agua, sino también con el consumo de energía, alimentos, transporte, gestión de basura, entre otros, impactan significativamente en el medio ambiente, y de ahí la importancia de este tipo de encuestas, destacó Francisco Jimenez.

Google News

TEMAS RELACIONADOS