La respuesta es sí. En términos generales, las teorías sobre el libre comercio de bienes y servicios entre países señalan que es preferible y se obtienen mejores ventajas del intercambio comercial cuando éste es resultado de tratados comerciales que en ausencia de ellos. Sin embargo, por lo general sucede que las naciones que firman un acuerdo comercial lo hacen bajo condiciones económicas, sociales y comerciales desiguales y asimétricas, bajo el argumento de que a largo plazo el resultado será mayor potencial de crecimiento económico, disminución de costos, accesos a mayores fuentes de financiamiento y mayor competencia económica.

Es posible que así sea, desde el punto del crecimiento económico; no obstante, no siempre se observan mejorías sustanciales en la calidad de vida de los habitantes como lo establece la teoría económica. Como ejemplo tenemos el TLC entre México, EU y Canadá, en el que ya llevamos más de 20 años de acuerdo comercial y los logros en materia de desarrollo económico para nuestro país aún son insuficientes.

Considerando lo anterior y partiendo de que el 3 de abril se cumplió un mes de que México y Panamá hayan firmado el Acuerdo de Libre Comercio, cuyo objetivo es facilitar la actividad comercial de bienes y servicios entre ambos países, a continuación señalo las razones que explican las desigualdades del tratado:

La economía mexicana es, por mucho, más grande que la de Panamá. Con base a datos facilitados por el Banco Mundial, en el año 2012 el PIB de Panamá fue de 36.25 billones de dólares (data.worldbank.org/country/panamá), mientras que el PIB de México fue de mil 178 billones de dólares (datos.bancomundial.org/pais/mexico ).

Asimismo, la extensión territorial de México es casi 20 veces más grande que la de Panamá. Éste es un país con una superficie territorial de 75.416,7 km², mientras que México tiene una superficie de 1,964,375 km². Lo mismo sucede con la variable de población. Según datos del mismo Banco Mundial, en el año 2010 la población mexicana era de 120.8 millones de habitantes y la de Panamá de 3.802 millones.

En cuanto las relaciones comerciales, durante los últimos 20 años se observa un aumento creciente del intercambio comercial. En este rubro, nuestro país se ha visto favorecido, ya que presenta un superávit comercial con Panamá, es decir, le vendemos más de lo que le compramos.

Entre los principales productos importados de Panamá están: menajes de casa, aceite en bruto, material de andamiaje de encofrado, tripas, vejigas, excepto los de pescado, aparatos emisores con dispositivo receptor incorporado, móviles, teléfonos celulares, etcétera.

Ahora bien, los principales bienes que México exporta a Panamá son: pantallas planas, varillas corrugadas o barras para armadura, para cemento u hormigón, medicamentos, champús, pañales para bebés y artículos similares, tequila, etcétera.

En resumidas cuentas, un acuerdo de libre comercio pudiera ser una oportunidad para que los empresarios mexicanos y panameños aprovechen las diferencias de costos, logística y de facilidades gubernamentales para expandir su comercio. Sin embargo, no significa una gran ventaja para los mexicanos, pues ya en los últimos 20 años el comercio con Panamá ha sido superavitario y sobre todo un acuerdo comercial no es la varita mágica que necesita México para potencializar su crecimiento económico. Se necesita que también vaya acompañada de políticas públicas que impulsen la calidad de vida de la población.

* Académico de la Universidad del Valle de México, campus Lomas Verdes.

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