Al hablar de negocios, más allá de otros tópicos, el liderazgo se ha vuelto una palabra clave. La tecnología transforma cada vez más rápido a un mundo en el que quien no innova, no es abierto y no es ágil, no sobrevive. El papel del liderazgo en esta realidad forjada por la globalización y los cambios tecnológicos se vuelve crucial porque la incertidumbre hoy se ha convertido en una constante.

Los líderes tienen que enfrentarse a tomar decisiones cada vez más arriesgadas en las que no cambiar ni abrirse a la transformación puede traer como consecuencia la extinción.

No sólo es necesario dar órdenes y seguir manuales, sino que habilidades como el trabajo en equipo, la creatividad y la “valentía” de tomar decisiones se han convertido en factores clave para las cabezas de las organizaciones de cualquier tamaño.

Pedro Moneo, CEO y fundador de Opinno, una empresa global de consultoría en innovación que ha logrado crecer dos veces su tamaño cada año durante los seis que tiene de vida y que está en 20 países, asegura que México es uno de los lugares más importantes para hablar de liderazgo debido a su ubicación y la manera en la que ha cambiado en los últimos años.

Esta empresa nació en uno de los momentos más complicados de la economía: cuando Lehman Brothers quebró en 2008, es decir, cuando empezó la crisis económica mundial pasada.

“El país tiene una responsabilidad muy grande porque ha tenido unos años de oportunidad para ponerse al día mientras Estados Unidos estaba dormido. Ahora tiene que estar a la altura porque vienen años en los que va a tener que acometer decisiones valientes, transformarse, darle peso a la generaciones más jóvenes, abrirse a nuevos mercados y trabajar de forma más global”, sostiene en entrevista con EL UNIVERSAL.

En este sentido, precisamente es importante que los líderes tengan mucho de emprendedores, porque éstos tienen que ser capaces de asumir la complejidad de la toma de decisiones y enfrentarse a la globalización en momentos importantes para una empresa como el de buscar capital, por ejemplo.

“Vivir del petróleo propio y apadrinado por el Estado es una filosofía que no será sostenible. El emprendedor que nazca ahora tiene que pensar no en que no hay dinero en su país, sino que es un emprendedor global y tiene que buscar dinero fuera. Es un momento de mucha oportunidad y responsabilidad”, explica.

Como parte de los esfuerzos para hacer visible la importancia del liderazgo en este contexto, Opinno junto con la Revista de Negocios de Harvard (la más importante en su tipo a nivel mundial) busca colocar estos temas en la agenda de los países a través de un evento (que en México se realizó por primera vez a fines de marzo pasado) que concentre los temas que han sido significativos para los lectores de esa publicación a lo largo del año en curso.

¿Cuál es el papel de la innovación y el liderazgo en los negocios?

—Cualquier problema tiene a la tecnología como una parte de la solución.

El libro Lean Startup la define como una organización humana cuya misión es innovar y sacar un producto nuevo en condiciones de alta incertidumbre.

Yo les digo a los ejecutivos que hay que hacer a las organizaciones más humanas, donde importen más los empleados que las máquinas.

Pero también están obligados a innovar y estar sometidos a condiciones de alta incertidumbre, por eso tienen que pensar como una startup. Estás obligado a innovar porque si no vas a estar fuera del mercado en tres años.

Por ejemplo Nokia, Blackberry y Motorola, líderes del mercado hace seis años, ¿dónde están? las empresas de móviles como Samsung y Apple están cotizando en la bolsa de valores altísimo pero pueden dejar de existir en cinco años.

¿La tecnología es algo que no se debe dejar de lado en las organizaciones?

—La tecnología sólo es una manera de materializar la innovación, pero ninguna empresa debería dejar atrás el ser abierta, ágil y enfocada al cliente.

Por encima de todo hay un valor mucho más difícil de hacer tangible: el liderazgo es mucho más importante que nunca, porque hay que tomar decisiones más arriesgadas y meterse en sitios en donde no se ha hecho nada antes. Para poder diferenciarte vas a tener que inventar más.

¿Cómo se realiza el proceso de transformación de las empresas cuando llega la tecnología?

—No trabajo con ninguna empresa en donde el líder no sea un emprendedor. No puede hacer una innovación en si el presidente no cree en ella.

Estamos en un mundo en donde se van a tener que tomar decisiones muy importantes. Para esto se necesita un líder valiente, creativo, que sepa trabajar en equipo, que esté dispuesto a crear productos nuevos.

Además, es esencial que la empresa tenga buenos valores, que respete la ética y las normas del juego. Esto vale para un gobierno y empresa. Las compañías deben tener grandes desafíos y estar lideradas por líderes con gran visión y valores.

¿Cuál es el procedimiento para transformar a la empresa?

—Tenemos tres maneras de colaborar con las empresas, y la primera es construyendo ecosistemas, antes de empezar a innovar hay que hablar con las personas dentro de la empresa, hay gente que tiene buenas ideas y que nunca las ha podido decir porque está la jerarquía. Lo primero que tienes que hacer es escuchar. Lo segundo es la depuración de esas ideas, se tiene que descartar las que no son interesantes y a las que sí lo son es darles recorrido.

Hay que decidir cuáles líderes son los apropiados y hacerles trabajar juntos.

Hay una tercera parte que es de acción. Ya hemos hablado con la gente y tenido ideas, ahora vamos a hacer un producto nuevo.

¿Qué tienen que aprender las empresas más grandes sobre las más pequeñas?

—Hay tres lecciones que nos parecen clave y que normalmente no las tiene cualquier organización.

Una startup tiene que ser abierta y tiene que saber colaborar, en donde tienes que enterarte de qué se ha hecho ya para no repetirlo, en qué tienes que invertir para saber dónde está la competencia.

Son organizaciones mucho más permeables al talento de fuera, a las ideas de fuera. Las organizaciones muy grandes normalmente viven muy cerradas hacia su propia gente.

La segunda lección es que tienen que ser ágiles, una compañía de 10 personas puede cambiar de dirección fácilmente, pero si tienes un banco de 150 mil personas y no es nada fácil la estrategia de dirección si de pronto la banca móvil sustituye a la banca tradicional. Una startup lo tiene muy fácil pero un banco grande no.

La tercera lección es que las empresas tienen que estar volcadas en la experiencia del cliente. Es algo que cuando se desarrolla el mundo del Internet crece de una manera enorme.

En el mundo de internet el que un botón sea rojo o verde, puede significar que tú ingreses 15% más.

Entonces se desarrollan un montón de herramientas para analizar la percepción del cliente del producto. Escuchar mucho más al cliente, volcarse mucho más a lo que él quiere.

¿Qué permite internet?

—“Internet lo que te permite es hacer muchos experimentos, hacer prototipo de un producto diferente y ver cómo reacciona la gente. la metodología por la que tú empiezas la creación de un producto.

Tú no empiezas el proceso de creación diseñándolo, así se hacía antes, ahora se empieza saliendo a la calle y preguntándole a la gente, sacando a los ejecutivos a la calle a tener contacto directo con los clientes y preguntar.

Ver qué tendencias hay, qué quieren las personas, y hacer un ciclo muy corto de desarrollo de producto y saber qué le gusta a la gente.

Somos los primeros que hemos adaptado estas metodologías a que una empresa e incluso un gobierno pueda escuchar a sus clientes y a sus usuarios y pueda desarrollar productos con buena aceptación.

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