Desde hace semanas el tema de la reforma laboral ocupa un sitio destacado en medios de comunicación y en múltiples espacios de la sociedad. Se discute en el Congreso de la Unión un proyecto presentado por la administración federal que reforma, adiciona y deroga diversas disposiciones de la Ley Federal del Trabajo. La Cámara de Diputados concluyó a final del mes pasado la discusión y aprobó la propuesta presentada por la administración federal. En estos días el balón está en el terreno del Senado de la República. Entre los defensores de la propuesta se insiste en la necesidad de flexibilizar el mercado de trabajo, afirmando que es una condición para la ampliación del empleo formal.

La situación de los trabajadores asalariados y de los que laboran en el espacio de la economía informal no se ha caracterizado por mejoras en años recientes. El salario medio de los que cotizan al Seguro Social no se ha incrementado de 2005 a 2011, ni tampoco hay mejoras en el salario mínimo. Es una situación radicalmente diferente a la que se reporta en Argentina, Brasil y Uruguay. Otros indicadores sobre las condiciones del empleo en México confirman que existe una situación sumamente grave. La cantidad de trabajadores que tiene condiciones críticas de ocupación sigue incrementándose. Son trabajadores que laboran más de 48 horas a la semana con ingresos de hasta dos salarios mínimos, o aquellos con jornadas de más de 35 horas e ingresos inferiores a un salario mínimo, más los que trabajan menos de 35 horas por razones ajenas a su voluntad. Para agosto de 2012 representan el 11.82% de la población ocupada, lo que equivale a 5 millones 800 mil trabajadores. El común denominador de estos ciudadanos es que tienen condiciones inadecuadas de ocupación que no les permiten contar con recursos suficientes para una vida digna, no obstante su consistente esfuerzo laboral.

Los resultados de la Encuesta nacional de ocupación y empleo que el INEGI dará a conocer en el mes de noviembre del año en curso incluirán una gran cantidad de asalariados que laboran más de 40 horas a la semana, otros con jornadas menores a 15 horas y un amplio universo de ocupados en el sector informal o de trabajadores por cuenta propia y un número importante de quienes laboran sin recibir renumeración. Es un universo que en ningún sentido se corresponde con lo establecido en la Constitución sobre el carácter del salario y las condiciones del mundo laboral según se definen en el artículo 123. Las reformas a las leyes secundarias deben enmarcarse en lo establecido en la Constitución. Precisan, establecen los medios para su cumplimiento.

Otros datos sobre las condiciones del empleo en el país completan un escenario inadecuado para propiciar un crecimiento sostenido de la economía. En el Informe sobre el desarrollo mundial 2013 del Banco Mundial, cuyo tema es el empleo se destaca que México es el país en el mundo que tiene el mayor número de emigrados en años recientes, con más de 10 millones de personas. También se señala el notable impacto de la recesión global de años pasados que implicó una reducción de medio millón de empleos entre 2008 y el segundo trimestre de 2009 y una caída de 10% en el salario real. Es un país en el que los cambios y posibles disminuciones en materia de pobreza extrema no se asocian al ingreso por empleo. Como se observa en la gráfica adjunta, en el sector servicios cerca de tres quintas partes del total de ocupados labora en microempresas. En la manufactura son más de dos quintas partes. Ambas cifras son considerablemente mayores al promedio de los países industrializados. Según el Banco Mundial, los cálculos sobre los empleados en el sector informal pueden oscilar entre 50% y 62% del empleo total dependiendo de la definición que se utilice.

Los trabajadores de las microempresas, como los empleados por cuenta propia y aquellos que trabajan en unidades económicas no agropecuarias operadas sin registros contables y que funcionan a partir de los recursos del hogar o de la persona que encabeza la actividad no son tema de la reforma laboral. En estos casos no se aplica el contrato a prueba, el trabajo por horas, el de carácter temporal, los subcontratos. Estas modificaciones conciernen al reducido espacio de las medianas y grandes empresas y sin duda hacen posible una precarización para los que laboran en estos espacios. Pero también angostan más las condiciones del crecimiento de la economía. Seguir reduciendo de esta manera los costos laborales mina las condiciones del crecimiento, propicia la desintegración social y puede cancelar el desarrollo.

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