Para cerrar la brecha de desigualdad entre pobres y ricos, especialmente en áreas rurales, así como reducir los niveles de pobreza, será fundamental que los gobiernos pongan un mayor énfasis e inviertan más en la agricultura, aseguró el presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA, por su siglas en inglés), Kanayo F. Nwanze.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el titular de la institución perteneciente a la Organización de las Naciones Unidas dijo que el sector es estratégico para el crecimiento económico y creación de empleo.

En particular, dijo que es prioritario que se tenga una mayor proyección hacia la agricultura familiar dando mayor acceso a los mercados, a la tierra, la tecnología y educación especializada.

Y es que de acuerdo con el sudafricano, en las áreas rurales aún hay muchos desafíos que resolver como la reducción en la pobreza, donde se acentúa en comparación con los niveles que existen en áreas urbanas.

“La falta de acceso a los mercados, los servicios y el financiamiento ponen hoy en condición desigual a las zonas rurales respecto a las urbanas y eso ha dificultado la erradicación de la pobreza y la desigualdad”, afirmó.

De acuerdo con la FIDA, 76% de los habitantes en el mundo vive en zonas rurales y su fuente de ingresos proviene de la agricultura.

En este sentido, consideró irónico que siendo la principal área que produce los alimentos que se consumen en el mundo sea donde más registros de hambre hay.

Estimaciones del Fondo datan que hay alrededor de 842 millones de personas que pasan hambre, y que tres cuartas partes de ellas habitan las zonas rurales.

Un factor extra que ha impactado negativamente sobre las familias de las zonas rurales es la volatilidad de los precios en energía y alimentos entre otros.

Por otra parte, el representante del FIDA reconoció que el cambio climático es una amenaza que puede aumentar el número de personas con hambre y empobrecidas, particularmente de aquellos mercados considerados en desarrollo, así como poner en riesgo la seguridad alimentaria.

A pesar de que América es una de las regiones donde se debe trabajar más para mejorar las condiciones de la agricultura, destacó que en México hay buena proyección con la actual administración federal.

“Afortunadamente el caso de México es uno de los mejores porque hay un reconocimiento del potencial que tiene la agricultura en el dinamismo económico”, opinó.

Destacó que las políticas públicas de este gobierno tienen especial énfasis en la seguridad alimentaria, la inversión en el sector y en la agricultura familiar.

“Las estadísticas muestran que México es uno de los países de América Latina que mayor énfasis le pone a la inversión y a los proyectos agrícolas”.

Estrategias como la Cruzada Nacional contra el Hambre, o los objetivos y retos estipulados en el Plan Nacional de Desarrollo, o el mismo proyecto de la democratización de la productividad, hacen que haya optimismo sobre el sector. consideró Kanayo F. Nwanze.

“Para el FIDA es importante reducir la desigualdad y continuar con importantes inversiones en el sector, así como políticas macroeconómicas que apoyen a la agricultura familiar”, dijo.

El FIDA trabaja con México desde 1980 y durante esos años se han aprobado nueve préstamos y subvenciones por 178 millones de dólares, todos ellos para proyectos agrícolas.

Durante este sexenio, el Fondo apoyará a agricultores incentivando una mayor productividad y capacidades de su organización, así como el acceso a mercados, bienes y servicios públicos.

Otra estrategia se basa en contribuir a los esfuerzos del gobierno para hacer más eficiente el gasto público a favor de agricultores.

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