El año pasado, 58% de las compañías mexicanas reconoció haber sido víctima de algún delito económico o fraude, cifra superior a 37% que vivió esa experiencia en 2016, reveló un estudio de la firma de auditoría PwC.
“Poco más de la mitad de las organizaciones declara haber perdido hasta un millón de dólares a causa de este delito grave”, indica el estudio titulado Fraude y corrupción, un análisis de su impacto en las organizaciones. Encuesta de Delitos Económicos 2018-Edición México.

De acuerdo con la investigación, las vulneraciones más habituales son malversación de activos, soborno, corrupción, fraude cometido por el consumidor, delitos cibernéticos, fraude contable, conducta empresarial inapropiada, fraude en proceso de compras, fraude en recursos humanos y uso de información privilegiada.

“Las faltas más comunes a escala global coinciden casi con las reportadas en México y muestran también porcentajes muy similares”, agregó.

Los factores que contribuyen al fraude y delitos económicos son facilidades de acceso, controles deficientes o falta de segregación de funciones. Le sigue la capacidad para racionalizar el delito y los incentivos o presiones para cometerlos.

Las prácticas delictivas generan un impacto económico directo en las organizaciones. Para 13% de los encuestados sus pérdidas variaron entre uno y 5 millones de dólares en los últimos 24 meses; para 8% se sitúan entre 5 y 100 millones en el mismo periodo.

“No obstante, 69% de las compañías declaran haber perdido hasta un millón de dólares a causa de una falta de este tipo”, precisó el estudio.

¿Código de ética?. 

El crecimiento de fraude se dio pese a que 87% de las organizaciones aseguró contar con programas de ética y cumplimiento dentro de sus procesos, lo cual representa 10 puntos porcentuales superiores a la media global; sin embargo, en el mercado mexicano sólo 49% ha llevado a cabo una evaluación de riesgos en los últimos 24 meses.

Los empleados son los principales defraudadores, dice el estudio. Los actores internos aparecen como el grupo que realiza mayores delitos económicos y la cifra tuvo un aumento en 2017.

En México, los cargos intermedios son los que más competen fraude interno, seguido por cargos inferiores y los altos directivos.

El estudio de PwC también reveló que en nueve de cada 10 ocasiones, los delitos graves son reportados al consejo de administración o al comité de dirección, porque para las organizaciones mexicanas los máximos responsables para hacer cumplir los programas de cumplimiento son el director normativo o de cumplimiento, el director de recursos humanos y el director general.

“Los avances tecnológicos, los nuevos modelos de negocio, la globalización o la mayor conciencia en cuanto al derecho a la intimidad y la protección de datos, entre otros factores, han generado una mayor presión sobre gobiernos y compañías, a quienes cada día se les exige una mayor rendición de cuentas y ser más transparentes y éticos”, dijo Alberto Jaquez, socio de forensics services PwC México.

El especialista aseguró que ser íntegro no se trata sólo de las organizaciones, sino también de los mercados y de los inversionistas, pero además no es una opción sino una obligación para las empresas, porque no sólo es necesario hacer el crecer el negocio, sino también mantenerlo sustentable en el tiempo.

La encuesta de PwC fue respondida por 7 mil 228 directivos de 123 países, de los cuales, 52% fueron altos ejecutivos, 42% fueron de empresas que cotizaban en Bolsa y 55% fueron organizaciones con más de mil empleados.

Para la encuesta 2018 en México, el perfil de los participantes fue de nivel gerencial en el área de finanzas . El rango de las empresas fue de más de mil hasta cinco mil empleados.

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