La banca mexicana cuenta con los sistemas, procesos y respaldos necesarios para no dejar de operar en medio de desastres naturales, como los sismos del 7 y 19 de septiembre, aseguró el vicepresidente del Consejo de Administración de Banco Azteca, Luis Niño de Rivera.

“Toda la redundancia tecnológica que tenemos hoy de telecomunicaciones y de capacidad operativa probó ser más que suficiente, no paramos un segundo de operar. La infraestructura física, los reglamentos de construcción de 1985 para acá probaron su capacidad, y los controles y procesos que tiene hoy la banca siguieron funcionando perfectamente”, afirmó.

Banco Azteca tiene dos centros de cómputo en la Ciudad de México y otro más en Querétaro que respaldan todas las operaciones de la institución en México, Centro y Sudamérica durante las 24 horas de los 365 días del año.

“Si este centro dejara de operar, entra en funciones el de Querétaro de inmediato; sí tenemos por regulación bancaria y por decisión propia muchos respaldos de nuestra capacidad de continuar operando el negocio, todos los bancos estamos obligados a eso”, recordó Niño de Rivera.

Expuso que aun en 1985, cuando no se tenían redes sociales, tecnología, ni teléfono por los daños del sismo, la banca no paró operaciones, a pesar de que muchas instituciones bancarias sufrieron daños importantes.

“Ese mismo día (el 19 de septiembre de 1985) a las 17:00 horas, nos reunimos todos los representantes de la banca con el secretario de Hacienda de ese momento, Jesús Silva Herzog, y decidimos abrir los bancos al día siguiente; no teníamos redes sociales, tecnología ni teléfono, y a pesar de eso decidimos abrir y operar para darle a la gente el dinero que necesitaba para sobrevivir y alimentarse”, comentó.

Niño de Rivera aseguró que esta institución apoyará a sus clientes que resultaron afectados por el sismo, pues es una institución con alta presencia en los estados afectados, como Oaxaca, Chiapas, Morelos, Puebla, Estado de México y Ciudad de México.

Hasta ahora, “la primera demanda es de las personas que no pueden pagar su crédito por la razón que sea, y están pidiendo reestructurar; lo estamos atendiendo inmediatamente”, aseguró el presidente del Consejo.

Refirió que el sismo produjo cuatro situaciones que requieren apoyo de la banca: la primera, las personas que perdieron la vida y eran el soporte económico de una casa, y ahora la familia debe resolver la situación con ahorro, crédito, con medios de pago y, en su caso, un seguro de vida.

Segundo, las pérdidas patrimoniales. La banca también apoyará a aquellas personas que perdieron su casa y que deberán reconstruirla, las que tienen que hacer arreglos y poner toda la infraestructura para resistir sismos. Tercero, quienes perdieron muebles y otros contenidos que deberán reponer.

Por último, dijo, están aquellas personas que enfrentan dificultades porque su empleo resultó dañado y perdieron su ingreso, por lo que “lo primero que deben hacer (los clientes) es acercarse a su sucursal; ahí los vamos a apoyar”

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