Por Eduardo Bricker Moya*

¡Cómo cambian los tiempos! Aquellas décadas de los 60 y parte de los 70, con tipo de cambio fijo en México de 12.50 pesos por dólar (pesos de aquella época) y tasas de interés fijas, no solo en nuestro país sino a nivel internacional, se han desvanecido para ceder paso a un entorno de alta volatilidad e incertidumbre en los mercados financieros de divisas, de tasas de interés y precios de materias primas.

A la fecha gran parte de las empresas Pymes y varias de las grandes empresas, han visto afectado su patrimonio por los ajustes cambiarios al alza suscitados el año pasado. Por ejemplo: su deuda pactada en moneda extranjera creció en su equivalente en moneda nacional, de igual forma sucede también, directa o indirectamente, con los costos de materias primas; el nivel de competitividad de estas empresas nuevamente se complica ya que la carga financiera de sus deudas se incrementa y, por otro lado, los salarios pierden poder adquisitivo, con lo cual el poder de demanda y consumo baja, afectando al mercado interno junto con otros efectos concatenados.

¿Qué hacer ante panoramas de esta magnitud y complejidad? ¿Qué hacer ante eventos completamente fuera del control de la empresa y de las propias autoridades financieras?, hemos comprobado que los eventos ocurridos incluso fuera de nuestras fronteras, afectan nuestra economía, sea para bien o para mal.

En México existen las herramientas financieras de cobertura de riesgos financieros desde fines de los años 90, con ellas pudimos haber enfrentado en mejores condiciones la crisis antes descrita, pero no fueron utilizadas de manera importante, solo algunas empresas grandes se cubrieron, la razón podría ser la falta de conocimiento, particularmente en el tema de riesgos financieros, por las empresas de menor tamaño.

Hoy, ante un panorama lleno de incertidumbre, debemos considerar con mayor seriedad la “Administración de Riesgos Financieros”, ésta es responsabilidad tanto de las empresas mismas, como de las instituciones educativas que pueden implementar en sus programas de estudio este conocimiento, de las autoridades financieras del país que deben fomentar y apoyar la cultura de prevención de riesgos financieros, y del propio sistema bancario privado y banca de desarrollo creando los productos de cobertura para este segmento de mercado.

Es indispensable construir con el apoyo de la Ingeniería Financiera, nuevos productos que permitan a las empresas mexicanas (Pymes principalmente), cubrir los riesgos de tipos de cambio, de tasas de interés y de precios de materias primas, lo cual les permitiría alcanzar una mayor solidez y estabilidad financiera.

Es posible crear esquemas de cobertura globales, una especie de póliza de cobertura colectiva, a la que se suscriban las Pymes, el esquema puede ser estructurado por sector económico o por cámara de comercio o por zona geográfica.

El esquema de cobertura propuesto podría estar soportado con parte de las reservas internacionales que administra el Banco Central, así sin disponer físicamente de esas, se puede trasladar el beneficio de la cobertura natural que representan en favor de las Pymes mexicanas.

Las reservas funcionarían como contraparte de las posiciones cortas que tuvieran las empresas; para el Banco de México, el ingreso por costo de cobertura de estas operaciones, permitiría una reducción parcial del costo de oportunidad que se tiene por mantener esas reservas en divisas. Hoy es urgente que las empresas mexicanas utilicen con fines de cobertura, los instrumentos derivados como son: forwards, futuros, opciones o swaps para la cobertura de los riesgos derivados de la volatilidad e incertidumbre de los mercados financieros y del riesgo de crédito.

La operación de cobertura para riesgos alcistas de tipo de cambio que se conoce como “Opción Call larga”, sería la más adecuada ya que su operación y explicación es más sencilla: Una empresa que compra la cobertura opción call, podrá optar por comprar las divisas que requiere al precio más bajo entre el precio del mercado en la fecha que las necesita o el precio establecido en el contrato del derivado opción call; es decir que la empresa en cuestión siempre podrá optar por el mejor precio.

El fortalecimiento que requieren las empresas se construye administrando sus riesgos financieros.

*Académico de la Universidad Tecnológica de México

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