Los datos más recientes acerca de la extracción de petróleo, las exportaciones de crudo y las importaciones de gasolinas y otros petrolíferos no revelan cambios con relación al comportamiento de los diez años previos. La extracción de petróleo, medida en millones de barriles diarios, se ha reducido en promedio a 2.5 o 2.6 millones, desde los 3.3 millones que alcanzó en el periodo de 2003 a 2006. No obstante persiste el énfasis en las exportaciones de crudo.

Desde hace varios años hay una gran variación en los precios internacionales del petróleo en un contexto de precios relativamente altos. A comienzos del año 2003 el precio en el mercado de futuros del petróleo West Texas Intermediate (WTI), la referencia en el mercado de Estados Unidos, se cotizó en 26 dólares por barril. En julio de 2008, en medio de grandes variaciones con una tendencia al alza, alcanzó una cotización de 147 dólares. La caída en el precio en la segunda parte de ese año se revierte a partir del inicio de 2009. En adelante hay un nuevo ciclo de alza en el precio con fuertes variaciones. A comienzos de diciembre de 2012 la cotización del WTI en el mercado de futuros es de 90 dólares.

No obstante que hay una debilidad en el crecimiento de las mayores economías del mundo desarrollado, con algunas de ellas en recesión y que en las mayores economías en desarrollo también es menor el incremento del PIB, se han mantenido los precios relativamente altos y no se observa un caída importante en el futuro inmediato. Es bajo esas condiciones que se mantiene por parte de México un impulso a la exportación de petróleo crudo.

Las exportaciones de crudo por Pemex crecen de manera sostenida desde 1994 hasta 2004. El incremento en el periodo es algo superior al medio millón de barriles diarios, alcanzando en 2004 un promedio anual de 1 millón 870 mil barriles diarios. En los años siguientes hay una disminución que es semejante a la propia reducción en la extracción de crudo. En 2012, con datos de octubre, el promedio de barriles diarios exportados es de 1 millón 367 mil. Así, desde el año de 1996 hasta el año actual, con la excepción de 2009, las exportaciones de crudo representan más de 50% del petróleo que se extrae del subsuelo terrestre y marino de México.

México se encuentra hasta 2011 entre los diez mayores productores de crudo en el mundo, en noveno sitio, según información de la OPEP. Le sigue Brasil, con una clara tendencia a incrementar su capacidad de extracción. Por lo que se refiere a las exportaciones, la de México es en 2011 la onceava economía del mundo, superada por Venezuela. Pero, como en el caso de las economías de Asia y las grandes productoras de crudo de África, destina gran parte del crudo que extrae a la exportación, principalmente hacia Estados Unidos. Pemex realiza exportaciones a Estados Unidos semejantes a las que proceden de Arabia Saudita y Nigeria y probablemente sólo es superado por las efectuadas desde Canadá. Venezuela tiene un mercado mucho más diversificado que incluye América Latina y Asia. Pero a diferencia de México, la empresa estatal PDVSA cuenta con capacidad de refinación propia en el extranjero para comercializar en el exterior esas gasolinas. Brasil no es un gran exportador de crudo y sin embargo esta incrementando sus exportaciones de derivados del petróleo y tiene un esquema de producción de combustibles más diversificado y con tecnología propia. Estados Unidos, el gran productor de crudo en la región consume prácticamente todo el crudo que extrae y cuenta con una política para mantener su reserva estratégica.

En México la historia es diferente. Como se observa en la gráfica adjunta, crece de manera notable la importación de gasolina. Desde 2008, por lo menos una tercera parte de las divisas obtenidas por la venta en el extranjero de petróleo crudo se destinan a traer al país gasolinas. En 2012, con información hasta octubre, los dólares utilizados para importar gasolinas representan el 40% de las exportaciones de crudo. La refinería que debió comenzar a construirse en 2008 sigue durmiendo el sueño de los justos y las medidas para re-industrializar a Pemex brillan por su ausencia. Extraer petróleo para venderlo en el extranjero y utilizar los recursos en comprar gasolinas y otros derivados del petróleo y para financiar el gasto público corriente no es utilizar un bien de la nación en beneficio de los habitantes de México. El camino es recuperar la capacidad de industrialización de Pemex y usar para ello los propios recursos generados por la operación del organismo público descentralizado.

*El autor es profesor titular del Departamento de Economía de la UAM Iztapalapa / http://gregoriovidal.izt.uam.mx

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