La Estrategia Nacional de Energía (ENE) es el instrumento de planeación de largo plazo que tiene el gobierno para definir las acciones que deben de llevar a cabo Pemex, CFE, y organismos como la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (CONUEE), entre otros, sin embargo, requiere de la aprobación del Senado de la República quien ha rechazado las dos últimas versiones que se le han enviado.

El objetivo de este año es lograr la aprobación. Al respecto, el secretario de Energía, Pedro Joaquín Codwell dijo", La ENE incorporó los consensos sobre las ineficiencias que durante años se ha considerado que deben corregirse, con esfuerzos de largo plazo, y con la participación de todos los actores del sector energía".

Los principales puntos por los que rechazaron la ENE en 2012 y 2011 fue porque no cumplió, a decir de la Comisión de Energía del Senado de la República, los requisitos para lograr la aprobación como son las acciones para conseguirla.

Sólo la ENE de 2010 fue aprobada, aunque lo hizo de manera condicionada.

Era, dijo en su momento el presidente de la Comisión, Francisco Labastida, una buena serie de acciones que se deberían de hacer pero no se tenía identificado el cómo se lograrían, incluso se tenían dudas sobre las cifras que manejaban como son la rentabilidad de las refinerías y las mejoras en exploración y producción.

La nueva administración toma a la ENE con las tendencias actuales del Producto Interno Bruto, crecimiento poblacional, perspectivas de asentamientos humanos e industriales y proyectos económicos como parte de su diagnóstico.

El plan tiene sus polémicas. Por ejemplo, una meta es “reducir la huella ecológica del sector”, sin embargo, para lograrlo, consideran “aprovechar el potencial de recursos renovables y desarrollar tecnologías limpias como la nuclear”.

Según el documento Estrategia Nacional de Energía 2013-2027, la propuesta que se presenta va más allá del recuento del sector y las consecuencias de mantener estructuras y rutinas inerciales.

“Más allá de la identificación de estos comportamientos, la ENE es una postura de política que, al instrumentarse, derivará en una eficiencia sistémica”, señala la Sener.

Lo que la Sener pretende con la ENE es abrir dos vías: una de carácter social y otra de desarrollo económico que “sea incluyente, sustentable y con equidad”.

“La ENE 2013-2027 busca lograr el desarrollo del sector energético tal que acompañe el crecimiento económico de México”, señala el documento.

El objetivo es que la ENE ayude a crear condiciones para que tanto el sector productivo como la población cuenten con mayor acceso y suministro confiable de energía, dar acceso equitativo a comunidades menos favorecidas y la población rural, y así posibilitar el suministro de servicios y desarrollo del campo mexicano.

También se pretende alcanzar en los próximos 15 años continuidad, cobertura, diversidad y competitividad de la oferta; consumo eficiente y responsable, apoyo para el crecimiento económico y mantener el superávit de energía.

Se pretende que el sector energético respalde un crecimiento del PIB que mejore la calidad de vida; bajar la intensidad energética para optimizar y eficientar el consumo en diferentes sectores sin impactar el crecimiento económico.

En el caso de la pobreza lo que se quiere es contar con un sistema tarifario que haga más asequible la energía a la población más vulnerable pero que permita la reinversión para que crezca el sector.

En el caso de la infraestructura energética se quieren ampliar los sistemas de transporte, almacenamiento y distribución de modo que el país se encuentre interconectado y con infraestructura para apoyar el desarrollo de cualquier región.

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