La muerte del presidente venezolano Hugo Chávez genera incertidumbre para las firmas mexicanas que operan en aquel país, como es el caso de Bimbo, Coca-Cola FEMSA (KOF), Farmacias El Fénix, Mabe, Mexichem (a través de Pavco de Venezuela) y La Moderna, debido a que podría cambiar la política empresarial con la llegada de un nuevo régimen a Venezuela, afirmaron expertos del sector consumo.

A decir de los especialistas, el proceso de estatización concluyó con la expropiación de Cemex, 19 de agosto de 2008, y posterior indemnización por parte de Venezuela, que pagó 600 millones de dólares, cuando la empresa regiomontana había exigido una compensación por mil 300 millones de dólares.

Los analistas confían en que el nuevo gobierno sea menos radical y deje trabajar a empresarios.

Manuel Valencia, director de la carrera de Comercio Internacional del Tecnológico de Monterrey, dijo que a Cemex le queda analizar si le convendría en regresar a Venezuela en virtud de que el negocio del cemento es atractivo en ese país.

Para Adolfo Laborde, experto en Relaciones Internacionales y director de esta carrera en el Tecnológico de Monterrey, el dinamismo del empresariado mexicano en Venezuela ha disminuido, “y es posible que los procesos de liquidación se atrasen creando más incertidumbre”.

Gruma caso aparte

Gruma enfrenta aún un proceso expropiatorio, pero su situación es distinta, admite Paola Sotelo, analista de Monex, ya que se encuentra en una negociación con el gobierno venezolano para crear una asociación o joint venture.

El 13 de mayo de 2010, el gobierno de Chávez inició un proceso expropiatorio de Molinos Nacionales C.A. (Monaca), cuyo principal accionista es Grupo Maseca (Gruma). Pero, no se concluyó y se llegó a una negociación, que sigue su curso.

Sotelo dijo que en el caso de Gruma estaban por definir cómo iban a quedar en este modelo de operación, pero la muerte de Chávez retrasará la decisión “pero llegarán a buenos términos”, explicó.

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