La economía mexicana disminuyó su dependencia a los ingresos petroleros “a la mala”, afirmó el secretario ejecutivo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), José Ángel Gurría Treviño.

El representante del organismo internacional reconoció que los bajos precios del crudo provocaron el recorte presupuestal en el gobierno, el incremento en la deuda y la búsqueda de nuevas fuentes de ingresos para atender las tareas prioritarias en esta administración federal.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el ex secretario de Hacienda y Crédito Público dijo que México debe tomar en cuenta la nueva realidad de bajos precios del petróleo porque “nunca” va a volver a venderse en 100 dólares por barril como ocurrió en el pasado.

La nueva coyuntura en el mercado indica que las cotizaciones del hidrocarburo se van a mantener por debajo de los 30 dólares por barril.

“No nos hemos podido despetrolizar más que por la mala. Por el hecho de que se cayó tanto el precio del petróleo es que ahora tenemos que hacer ajustes. Aunque el gobierno fue prudente el año pasado, cuando cubrió el barril a 79 dólares y para este año lo hizo en 49 dólares. Las coberturas están funcionando”, explicó.

Gurría Treviño advirtió que aún falta trabajar más en la dependencia que tiene México con el petróleo, principalmente porque con eventos “tan cataclísmicos” como la actual caída del crudo es necesario que se diversifiquen las fuentes de ingresos públicos.

Sin embargo, reconoció que en este sexenio están atados de brazos por el compromiso que asumió el gobierno federal de no elevar los impuestos.

Aun con esa limitante, el responsable de la OCDE consideró que la promesa de mantener los gravámenes sin cambio “es un intento de darle estabilidad al esquema fiscal”.

Expuso que en el futuro el país debe tener un sistema fiscal normal, con un esquema moderno como el que se aplica en el mundo, donde debe haber menos impuestos al trabajo y a la inversión, y más al consumo, las propiedades y a las emisiones de carbono.

Gurría Treviño dijo que la caída de los ingresos petroleros derivó en el aumento de la deuda y el uso de los créditos para el pago de la nómina, lo que provocó una baja en las inversiones.

“El gobierno acaba recortando las inversiones que son la semilla del crecimiento de mañana; el gran problema es que se tienen que hacer ajustes por el lado de los ingresos, no solamente por los gastos, porque hay que hacer más eficiente la recaudación, facilitar las obligaciones fiscales y hay que recordar que la mayor fuente de inversión debe venir del sector privado”.

Deuda, sin representar riesgo

El secretario general de la OCDE, quien desde 2006 funge en esa posición, afirmó que hay espacio para que el país incremente la deuda como proporción del Producto Interno Bruto (PIB) siempre y cuando se cuide que el servicio de la misma no ponga en dificultades a las finanzas públicas.

Información del gobierno data que la deuda como proporción del PIB puede ascender a 48% al cierre de este año.

“El 48% que tiene México como deuda es la mitad del promedio que tiene la mayoría de los países miembros de la OCDE”, aseguró.

La necesidad de reducir el gasto corriente en el país, comentó, no es tarea fácil, ya que se requieren recursos presupuestales para las liquidaciones de los servidores públicos y entonces “sale más caro el caldo que las albóndigas”.

Aprovechan la frustración

La recesión de la que no se ha podido recuperar el mundo desde hace siete años, el bajo crecimiento y la posibilidad de una desaceleración de la economía mundial que afecta a varios países y a México, son detonadores para que surjan candidatos independientes y partidos políticos nuevos. “Pero uno prefiere más que se formen partidos políticos aun con posiciones extremas a ver que grupos radicales tiroteen en las calles, que avienten bombas o que se manifiesten violentamente como una forma de desahogar la frustración”, agregó.

Gurría Treviño abundó: “En el caso particular de México, somos un país con la mitad de la población en pobreza y dentro de ellos una parte importante está en pobreza extrema, por lo tanto, no nos debe sorprender que existan partidos o agrupaciones políticas que tomen parte de estas audiencias o públicos y capturen su inquietud”.

Dijo que el país está en un proceso de maduración, porque así como en el mundo hay un surgimiento de candidatos independientes o de partidos políticos, en la economía mexicana también están surgiendo esas figuras.

Sobre si es momento de que llegue la izquierda a gobernar en el país, Gurría respondió que esa posición política está dividida y que hay partidos que los lidera una sola persona, aunque aseguró que un individuo no puede mantenerse al frente de una agrupación política en el largo plazo. “La gente es la que va a decidir quién quiere que lo gobierne, y no se trata de ver si un país resiste o no las políticas populistas”.

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