Las dos últimas administraciones federales sucumbieron a los intereses de Grupo Televisa, Tv Azteca y Teléfonos de México (Telmex), dada la falta de claridad en la instrumentación de políticas públicas orientadas a fortalecer la transición a Televisión Digital Terrestre (TDT) y, por el contrario, otorgaron más fuerza a los competidores dominantes en detrimento del interés público, expusieron analistas en el sector.

De acuerdo con un artículo elaborado por los académicos de la Universidad Autónoma Metropolitana, Rodrigo Gómez García y Gabriel Sosa Plata, existen diversas razones para creer que la TDT no cumplirá con su objetivo de abrir la competencia en el segmento de televisión abierta, así como prever que no cumplirá con los tiempos establecidos.

“Nuestra investigación encuentra como conclusión final que el estado mexicano continúa evadiendo, de manera preocupante, la responsabilidad de regular y administrar los servicios de comunicación”, indica el texto.

El estado ha concedido mucho poder a las firmas incumbentes en lo relacionado con la planificación de la transición digital.

Debido a esto, el proceso de reorganización del espectro, como consecuencia de la digitalización, se ve determinada por los imperativos comerciales en lugar de las posibilidades ofrecidas por el servicio público, dicen los expertos de la UAM.

El artículo Digital terrestrial television policies in Mexico: The telecom wars, y que se publica en el International Journal of Digital Television, asegura en sus conclusiones que la llegada de la Televisión Digital Terrestre “no está cambiando la estructura de la televisión en México”.

Las relaciones sociales de poder prevalecen y son favorables a los agentes económicos dominantes en el sector de los medios de comunicación.

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