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Uno de los principales consejos de expertos, gobierno y demás autoridades al hablar de retiro es: ¡ahorra voluntariamente en tu Afore! Es el instrumento con el que cuentan por ley todos los trabajadores que se encuentran afiliados al IMSS y es donde se están guardando todas las aportaciones que realizas de manera obligatoria cada mes, cuando 6.5% de tu sueldo se va a este instrumento. Una parte la aportas tú, otra por el patrón y otra, muy pequeña, por el gobierno.

Ahorrar ahí (lo importante en estos días en los que sólo cuatro de 10 están ahorrando para su retiro es que lo hagas) es por supuesto benéfico, pero tienes que saber que este instrumento tiene todavía varios retos qué cumplir.

La información es poder, así que conocer estas deficiencias te ayuda a administrar mejor tu ahorro y buscar otros esquemas alternativos –todos los trabajadores del IMSS y del ISSSTE por ley deben estar registrados en una Afore– que puedan ofrecerte más beneficios.

Así funciona

A partir de 1997, se reformó la Ley del Seguro Social, la cual dio lugar al nacimiento de las Afores (Administradora de Fondos para el Retiro), las cuales son unas instituciones encargadas de administrar el dinero de los trabajadores tanto del IMSS como del ISSSTE. En este momento todo trabajador por ley tiene que estar registrado en una Afore, la cual tiene que administrar su dinero a cambio de una comisión. En este aspecto es donde se observa la primera deficiencia: no es que esté mal este esquema en sí mismo, al final, es la manera en la que muchas instituciones cobran sus servicios, pero lo que sucede es que las comisiones que les pagamos son muy altas. A esta conclusión no sólo llegan especialistas en el tema, sino la misma Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en su estudio sobre los sistemas de pensiones en México.

“Aunque las comisiones cobradas por las Afore han disminuido en más de 70 puntos base en la última década, éstas siguen siendo elevadas bajo el contexto internacional”, sostiene esta organización en el informe. No existe competencia entre cada una debido a que, esencialmente, hay muy pocos registrados en ellas (en México, la informalidad laboral es un grave problema) y esto hace que las comisiones sigan altas (no compiten lo suficiente entre ellas).

Nadie puede escaparse de pagar esta cantidad ya que se descuenta automáticamente de nuestra Afore ni mucho menos de estar registrado ante una, lo cual te previene ante cualquier eventualidad y ante la falta de ahorro.

“Las Afore vienen a cubrir las necesidades principalmente de una población que no está bancarizada, que no tiene un patrimonio suficientemente grande para diversificarse, que no tiene una posibilidad real de negociación de comisiones. Es una gran ayuda en este caso”, explica Moisés Pérez Peñaloza, especialista en temas de retiro. Ante esto, si tú tienes la posibilidad de buscar un plan personal de retiro, por ejemplo, es bienvenido porque éste te permitirá tener más decisión de inversión sobre tu dinero ahorrado (también te cobran comisiones pero te ofrecen otros beneficios).

En cuanto a lo que estás ahorrando obligatoriamente, tienes que saber que no te va a alcanzar para jubilarte de forma digna.

Según proyecciones de la consultora CMM, de Luis de la Calle, aquellos que se retiren en 2035 –año aproximado en el que los primeros aforados van a jubilarse si contribuyen sólo lo obligatorio, van a recibir poco más de 20% de sus últimos salarios. ¿Te imaginas tener para vivir sólo 20% de lo que ganas?

En este sentido, la OCDE no se queda atrás y hace la recomendación que otros especialistas han hecho años atrás: es necesario aumentar la tasa de contribución obligatoria. Pasar de dedicar 6.5% del sueldo a entre 13% y 18% para que un trabajador –en el entendido de que lo haga durante 40 años– pueda recibir una tasa de reemplazo de entre 75% y 90% de su sueldo.

Entre otros retos a los que se enfrenta el sistema de Afores es la restricción en lo que inversión se refiere.

Hay que explicarlo por partes. El dinero que tú aportas obligatoriamente llega a una Siefore –hay cuatro y se separan por edades–, que es una sociedad de inversión encargada de administrar el dinero para que tú al final de tu vida productiva obtengas rendimientos.

¿En qué invierten las Siefore? En distintos instrumentos de inversión, entre ellos, renta fija (bonos) y renta variable (bolsa). Invertir en bonos en sí no está mal porque son más seguros que las acciones, por ejemplo, sin embargo, el problema es que en México está demasiado restringido este margen de inversión. Es decir, las Siefore están invirtiendo demasiado en deuda en comparación de otros países, según concluye también, no sólo todos los especialistas en este tema que han alertado de esta situación durante años, sino la OCDE misma.

“El actual régimen de inversión de las Siefore es demasiado restrictivo. Los trabajadores tienen opciones muy limitadas bajo el esquema de multifondos”, explica. Además, tú no puedes decidir en qué invertir, así que de alguna manera, nos estamos perdiendo de mayores rendimientos.

“Es un sistema único, pero si la gente tuviera otras opciones con las mismas ventajas, no todo el mundo estaría en una Afore. Si yo comparo los rendimientos, costos y las alternativas de inversión de un plan personal de retiro y es infinitamente mayor que la de la Afore”, explica Pérez Peñaloza.

Un poco más de transparencia

El ahorro obligatorio no va a alcanzar y justo la recomendación es ahorrar voluntariamente en la Afore, pero, ¿a qué Siefore se va ese dinero? A esta duda se enfrentó nuestro especialista cuando quiso averiguar a qué Siefore se iba su ahorro voluntario y realmente no encontró una respuesta contundente. “Falta transparentar y falta información de qué Siefore de cada Afore existen para ahorrar de manera voluntaria. Yo no sé a dónde se va mi aportación voluntaria, porque existen además varias. Sí hay mucho esfuerzo de ahorrar voluntariamente pero, ¿a dónde se va mi dinero?”, explica el especialista.

Esta misma opinión la comparte el especialista en finanzas Joan Lanzagorta, el cual cuenta en su blog que en el transcurso de su investigación (la misma que emprendió Moisés) no encontró ni en las páginas de internet de las Afores ni en la de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro, información específica y resumida sobre las Siefore para aportaciones voluntarias, ni el rendimiento histórico ni otros datos relacionados. He aquí otro reto que enfrentan las Afore, al menos en este tema: la transparencia.

Esto no quita que ahorrar a través de este método no sea benéfico. Lanzagorta enumera los beneficios: las Afore sí son una buena alternativa de inversión en tanto sus rendimientos sean superiores a otras alternativas con el mismo nivel de riesgo; si eres una persona que no tiene conocimiento o tiempo para crear un portafolio de inversión propio estas aportaciones voluntarias pueden ser “una gran opción de ahorro para el retiro con todos los beneficios fiscales” y la liquidez de estas aportaciones es de dos o cada seis meses (lo que tiene que te informar la Afore antes de hacer la inversión.

La recomendación es que si tienes la posibilidad de acercarte a otro esquema de ahorro voluntario como un plan personal de retiro o un fondo de inversión, lo hagas.

Éstos últimos, sostiene Lanzagorta, tienen varias ventajas, como la de ser más transparentes y permitirte consultar en todo momento el desempeño histórico de tu inversión así como su riesgo; el de hacer un portafolio diversificado a tu medida y el de tener mayor liquidez, ya que no tienes que esperar de dos a seis meses para retirar (pero como este dinero lo estarás ahorrando para el retiro, no tendrás necesidad de sacarl). Tener distintas opciones de ahorro para esta etapa de tu vida, nunca está de más.

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