“El salario va muy ad hoc con las actividades económicas propias; si nos comparamos con países iguales en un desarrollo económico, yo creo que no hay una diferencia tan relevante”, afirmó el presidente de la Asociación de Microindustrias de Querétaro (Amiqro), Cuitláhuac Badillo.

Lo anterior lo comentó como respuesta a la calificación que hizo la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), sobre la baja calidad de los salarios en México.

De acuerdo con su reporte sobre las “Perspectivas del empleo 2014”, nuestro país, además, ocupa el tercer lugar de las naciones miembro del organismo con mayor desigualdad en la distribución de ingresos.

El salario mínimo es de 63.77 pesos diarios en la zona B, a la cual pertenece Querétaro, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), de los 49.5 millones de personas ocupadas en el país, 6.5 millones tienen una remuneración por sus actividades de hasta un salario mínimo.

Badillo aseguró que en el estado el salario mínimo sólo es utilizado como referencia e índice, sin embargo, son pocos los empresarios que realizan estos pagos a sus colaboradores.

Explicó que si su sector tuviera un mayor crecimiento al que ha presentado en lo que va del año, sería posible pensar en un incremento salarial, pero debido a las bajas ventas, por el momento no es posible considerarlo.

Por su parte, el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), en Querétaro, Jesús Calderón Calderón, dijo que en el país no hay una estadística real del salario.

Que si bien ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se tiene registrado un sueldo promedio de 265 pesos para la entidad, la verdad es que muchos empresarios tienen una cotización ante la dependencia, pero en su empresa otorga diversos bonos a sus trabajadores, con lo que el salario real se incrementa sin que se haga oficial ante autoridades.

Reconoció que lo mismo pasa en la cámara que él representa, pues las cuotas de afiliación que cobran son determinadas por el número de trabajadores que tienen las industrias, por lo que dijo: “tampoco me dicen la verdad, para que les cobre poquito me dicen que tienen menos”.

Declaró no estar de acuerdo con la metodología de algunas instituciones, tanto nacionales como extranjeras, en la manera en que llevan a cabo sus estudios, debido a que mientras algunos evalúan favorablemente, otras lo hacen de manera negativa, por lo que no hay una homogenización al respecto.

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