México se sumó a la decisión de Canadá y de la Unión Europea de presentar ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) el conflicto comercial que tienen con Estados Unidos por la aplicación dearanceles al acero y al aluminio nacional.

A través de un comunicado, el gobierno federal informó que “México considera que las medidas impuestas por Estados Unidos al amparo de la Sección 232 de su legislación, argumentando amenazas a sus seguridad nacional, violan el Acuerdo sobre Salvaguardias de la OMC al no haberse adoptado conforme a los procedimientos ahí previstos, además de que infringen el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio de 1994”.

El jueves de la semana pasada, el gobierno de Donald Trump anunció que aplicará impuestos de 25% a la importación del acero mexicano y de 10% a su aluminio a partir del 1 de junio de este año.

Tras el anuncio, el viernes pasado la Unión Europea y Canadá presentaron ante la OMC la misma queja. Ayer, México se sumó al mismo proceso de solución de controversias ante el organismo.

La decisión del gobierno implica que se inicie un panel de controversias ante la OMC, cuya resolución toma un año y medio; sin embargo, el proceso de revisión del tema puede extenderse si hay impugnaciones.

El subsecretario de Comercio Exterior, Juan Carlos Baker, dijo que “es un proceso que tiene una serie de requisitos que lo hacen largo, para algunos casos puede llegar a durar bastantes meses”.

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Sanción a productos. Las represalias del gobierno en contra de una lista de productos estadounidenses se harán con base en el artículo 802 del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Las mercancías estadounidenses a las que México le impondrá aranceles son laminados y tubería de acero, manzana, carne de cerdo, uva y quesos, principalmente.

La clasificación de los productos gravados se van a publicar este martes en el Diario Oficial de la Federación y se va a basar en el texto del TLCAN, en el cual se expone que si una de las partes aplica una medida de emergencia excluirá a las importaciones de sus socios, siempre y cuando no representen una participación sustancial de las compras totales que hace al exterior.

De acuerdo con la disposición, México quedaría fuera porque no es proveedor principal del mercado estadounidense de acero ni de aluminio, además de tener déficit comercial en ambos productos.

En el comunicado, la Secretaría de Economía informó que las acciones que realice el gobierno “continuarán apegándose al Estado de derecho comercial internacional y serán proporcionales al daño que México lamentablemente reciba”.

El titular de la dependencia, Ildefonso Guajardo, informó la semana pasada que el impacto económico por la medida estadounidense es de 4 mil millones de dólares.

Respaldan decisión. El jurista y ex presidente del Órgano de Apelación de la OMC, así como ex integrante de ese organismo, Ricardo Ramírez Hernández, dijo que: “México está haciendo lo correcto al defender sus derechos conforme a la OMC y ejercer los derechos de adoptar una represalia que le confiere el TLCAN”.

El presidente de Fomento Industrial de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), Juan Manuel Chaparro Romero, dijo que la medida del gobierno de Donald Trump es injustificable porque México exporta menos de lo que importa en laminados, alambrón y alambre de hierro sin alear, perfiles y barras de hierro, alambres de acero inoxidable y tubos, los cuales tienen arancel de 25% desde el 1 de junio pasado.

Añadió que México tampoco es importante proveedor de aluminio en bruto, barras y perfiles, alambres, tubos o fundido o forjado.

Trabajadores de los Sindicatos Metalúrgicos y Metal Mecánico aseguraron que los aranceles al acero y al aluminio significarán la pérdida de entre 15 mil y 20 mil empleos, y alzas en productos metalúrgicos.

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