La participación de la mujer en el mercado laboral mexicano avanza, aunque con dificultades. De acuerdo con cifras oficiales se crean más empleos para ellas, pero aún está abajo de las oportunidades ocupadas por los hombres, además de una diferencia salarial entre ambos géneros.

Durante el año pasado se reportaron 356 mil 414 empleos formales para mujeres, la cifra más alta en la historia, de acuerdo con datos de trabajadores adscritos al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Las plazas creadas en 2017 representaron un incremento de 6.4% respecto a los 335 mil puestos ocupados por mujeres en 2016.

Sin embargo, la cifra de 2017 se ubicó 20% abajo de los 445 mil 417 empleos masculinos generados ese año. Es decir, de cada 10 trabajos creados casi seis fueron para hombres y sólo cuatro para mujeres.

El investigador del Tecnológico de Monterrey, campus Estado de México, Héctor Magaña, explicó que entre los factores que limitan la participación de la mujer en el mercado laboral es el papel que juegan en los quehaceres del hogar y el cuidado de los hijos u otros familiares, lo cual les impide trabajar o incluso estudiar.

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La mayor parte de las labores domésticas son realizadas por las mujeres, con 77.2% del tiempo que en los hogares se destinaron a estas actividades, contra sólo 22.8% con que participan los hombres, según los resultados de la cuenta satélite del trabajo no remunerado de los hogares de México, elaborada por el Inegi.

Si bien los tiempos han cambiado y cada vez es mayor la inclusión de las mujeres en el mercado laboral, los obstáculos para su participación son más agudos, sobre todo en estados con nivel de educación bajo y nivel de pobreza muy alto, tal es el caso de las entidades en el sureste del país, comentó Magaña, quién también coordina el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN).

“En las regiones de menor desarrollo desde niñas se les tiene prohibido acceder a la educación, pues deben cuidar a la mamá o a los otros hermanos, hacer las tareas de limpieza, preparar los alimentos. No contar con un nivel de estudios adecuado les dificulta más acceder al mercado laboral”, agregó.

En los últimos 20 años, la participación de la mujer en el mercado laboral formal ha avanzado lentamente. De 1997 a 2017 la participación de la fuerza laboral femenina en el total de trabajadores adscritos al IMSS pasó de 32.9% a 37.2%.

Las entidades con la menor fuerza laboral femenina el año pasado fueron: Campeche, con 31.1%; Tabasco, con 31.7%; Coahuila, con 33.2%; Nuevo León, con 33.4%; Durango, con 33.7%; Zacatecas, con 34.5%, y Yucatán, con 35%.

Los estados donde las mujeres tienen una participación superior a la media nacional, son: Ciudad de México y Baja California, con 41% cada una. Le siguen, Chihuahua, con 40%, y Morelos, Guerrero y Nayarit con 39%, cada estado.

Brecha salarial. Aunado al problema de las oportunidades laborales está la gran diferencia de las percepciones entre hombres y mujeres.

El salario medio asociado a trabajadoras adscritas al IMSS promedió 306.2 pesos diarios el año pasado, monto 12.3% inferior a los 349.1 pesos que perciben los hombres.

En la mayor parte de los trabajos que los hombres realizan y que son comparables con el de una mujer, las remuneraciones son más altas en el caso masculino, afirmó Magaña.

Comentó que los factores que propician esta diferencia es que en ocasiones las mujeres se enfrentan a compromisos familiares de cuidado del hogar o los hijos que a la hora de la negociación salarial les impiden acceder a mejores percepciones.

Otro de los factores que pueden afectar este desequilibrio salarial es que se tiene la percepción de que los puestos a nivel directivos tienen que ser ocupados por hombres, entonces cuando una mujer llega a esos planos existe la competencia con otros directivos y se merma con menores remuneraciones y prestaciones.

Héctor Magaña dijo que hay avances porque cada vez es mayor la participación laboral de las mujeres, no sólo en el sector público, en el privado también hay apertura.

Islandia, ejemplo de igualdad

Desde el 1 de enero de este año, Islandia introdujo una nueva ley para hacer ilegal que las empresas públicas o privadas paguen más a los hombres que a las mujere s. Conforme a la legislación, las compañías y dependencias gubernamentales deberán obtener la certificación del gobierno para sus políticas de igualdad salarial. Aquellas que no demuestren equidad de pago serán acreedoras de multas. Aunque la pequeña isla europea encabeza la lista de países con menor brecha de género, las mujeres ganan en promedio entre 14% y 18% menos que los hombres. Con esta iniciativa, primera en el mundo, se busca cerrar la diferencia salarial de género para 2022. La legislación fue apoyada por el gobierno de coalición de centroderecha, así como por la oposición, en el parlamento de esa nación, donde 50% de los miembros son mujeres.

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