Hoy la región de Norteamérica, se encuentra en un periodo de transición que destaca fundamentalmente en dos vertientes: en Estados Unidos por la revolución que se da en el sector energético, que le ha brindado autosuficiencia en hidrocarburos y en el caso de México el crecimiento de la población económicamente activa que da lugar a una clase media en crecimiento, es decir, tanto el contingente laboral como la capacidad de consumo se han visto incrementados. , Un ejemplo claro de lo que está sucediendo en la región de Norteamérica es el crecimiento de la industria automotriz en México, en donde, con una alta calidad, precios competitivos y márgenes estrechos, se surte a un mercado fundamentalmente norteamericano.

Hoy la complementariedad entre México y Estados Unidos es cada vez más estrecha. México, de ser un fabricante de automóviles para mercado interno, en su primera etapa, se ha transformado en una potencia exportadora a tal grado que se espera que el próximo año se consolide como el vendedor automotriz número uno para los Estados Unidos, por arriba de Japón y Canadá.

En Estados Unidos son más los ingenieros que se retiran que los que ingresan al contingente laboral y, ante la escasez de técnicos e ingenieros, los diseños parcialmente estarán pasando a México.

Para poder ser competitivos en el mercado norteamericano es importante fabricar en México y aquellos fabricantes de equipo original que no lo hacen incurren en altos costos y baja competitividad. Qué mejor ejemplo que el caso de Mazda, que ha iniciado operaciones en Salamanca, Guanajuato, después de cerrar su planta en Michigan en 2012, al quedar desprotegida y sin las ventajas que representa la fabricación en México para Norteamérica.

Ahora los fabricantes más importantes del mundo tienen planta en México y los que no, están por instalarse en territorio nacional. El estar fuera les impide alcanzar la alta productividad y competitividad de las plantas nacionales.

En este contexto, recientemente Renault-Nissan y Daimler anunciaron una inversión de mil 400 millones de dólares para fabricar en México autos compactos para sus marcas de lujo Infiniti y Mercedes Benz. Se espera que esta inversión genere una capacidad adicional de 300 mil unidades al año y 5 mil 700 puestos de trabajo para 2021. La alianza como socios tecnológicos globales los llevará a desarrollar una familia de modelos compactos que se venderán alrededor del mundo. La ubicación en México es parte fundamental de la estrategia vanguardista de estos dos grandes grupos. Esta inversión se llevará a cabo en Aguascalientes, en donde recientemente se ha inaugurado la segunda planta de Nissan en la región, con una inversión de 2 mil millones de dólares.

Desde luego, México forma parte importante de la estrategia de los líderes del sector automotriz. Están por concretarse inversiones de BMW, Hyundai y una adicional a su planta de Tijuana por parte Toyota. Esta situación permitirá alcanzar las economías de escala para pasar de lo fabricado en México a lo diseñado y fabricado en nuestro país.

Finalmente, después de 20 años del Tratado de Libre Comercio para Norteamérica, se está dando la subsidiaridad entre Canadá, Estados Unidos y México, en donde unos están a la vanguardia tecnológica y otros, con una gran destreza manual, dan vida a los productos diseñados más allá de nuestra frontera.

El destino nos ha llevado a compartir una vecindad, en la cual, la complementariedad y las ventajas comparativas y competitivas de cada uno nos llevan a lo que será la región más competitiva del mundo.

*El autor es profesor decano del área académica de Dirección de Operaciones de IPADE Business School.

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