Utilizar un fax era mucho más sencillo, asegura Juan, un directivo de 70 años sentado frente a una computadora Mac, que a pesar de los teclazos no obedece sus órdenes, en un intento de enviar un memorándum por correo electrónico.

Quizá era muy fácil, pero era mucho más lento de lo que es ahora, contesta María, una gerente de 40 años.

¡Sí! Qué bueno que los faxes ya no existen porque ahora es mucho más fácil con internet. En un momento le ayudo, dice José, un ejecutivo que pasa los 30 años y que tiene poco tiempo de haber ingresado a la empresa.

¡Ummm! ¿Cómo funcionaba exactamente un fax? Pregunta apenada Daniela, una becaria que apenas ronda los 20 años y que maneja las redes sociales del corporativo.

¿Te es familiar? Seguramente, pues por primera vez en la historia cuatro generaciones conviven en un mismo espacio de trabajo. Cada una tiene su propio contexto, gustos y preferencias, por lo que para encontrar la armonía, es necesario conocerlas detalladamente.

Existen numerosos estudios al respecto de este fenómeno del mundo laboral y todos coinciden en que uno de los puntos clave para manejar un equipo con miembros de distintas generaciones es conocer las motivaciones y valores que mueven a cada uno. De esta manera será más sencillo negociar con ellos, mantenerlos motivados y, en general, desarrollar un buen ambiente de trabajo que favorezca la productividad.

“Cada una de ellas (generaciones) tiene sus aspiraciones y establece un contrato psicológico diferente con su empleador, lo que plantea un reto a los directivos y a los profesionales de recursos humanos”, explica el estudio de la IESE Business School de la Universidad de Navarra, Políticas para dirigir a los nuevos profesionales. Motivaciones y valores de la generación Y. Así que el reto para lograr una buena convivencia es saber qué es lo que los mueve. “Conocer el trasfondo y las características de cada generación es útil para entender los talentos y retos particulares que cada individuo trae al lugar de trabajo”, señala el estudio Meeting the Challenges of Age Diversity in the Workplace.

Las peleas y los diferentes puntos de vista siempre estarán presentes en la convivencia por lo complejo del fenómeno, sobre todo entre aquellos que tienen una generación de por medio. Por ejemplo, los conflictos son “potencialmente mayores” entre los Baby boomers y la Net Generation, explica el estudio Reescribiendo las reglas: La interacción generacional en el trabajo realizado por la firma Manpower.

Es esta última generación la que representa, según coinciden varios estudios al respecto, una especie de parteaguas en la cultura organizacional debido a sus características y a su número cada vez más creciente.

“Para gestionar de manera adecuada y eficiente la convivencia de estas generaciones resulta imprescindible saber más acerca de las motivaciones y valores que predominan especialmente en los recién llegados, es decir, en la Generación Y”, explica el estudio de la IESE Business School de la Universidad de Navarra. Una de las razones por las que cada vez importan más a las organizaciones es porque son más.

Según el estudio realizado por Manpower, en 30% de las empresas mexicanas los mayores de 30 años llegan a ser más de la mitad de la fuerza laboral, lo que implica qué economía está dominada por la generación que apenas está llegando. Sólo en 18% de las empresas los que tienen menos de 30 no tienen espacio o lo tienen de forma “marginal”.

Además del número, sus características como generación están haciendo a las empresas repensar diferentes esquemas de trabajo flexible orientados a lograr un balance entre trabajo y vida privada. Porque hoy, para casi nadie —con excepción de los tradicionalistas (los que a la fecha tienen 60 años)— el trabajo lo es todo. Mucho menos para ellos, los nacidos más o menos —distintos autores varían en fechas exactas— a partir de la década de los ochenta hasta pasada la década de los noventa. Ellos buscan un balance entre la vida laboral y personal, y están dispuestos a encontrarlo.

¿Cómo lograr la armonía?

La clave para que distintas generaciones puedan llevarse bien y negociar con éxito es la empatía, es decir, ponerse en los zapatos del otro. Marcelo Lehmann, director general de la consultoría MetaAprendizaje Transformacional y representante de la Escuela Europea de Coaching en México, propone que ambas partes se pregunten sobre el otro: “¿Qué es lo que le preocupa en este momento para que no nos podamos entender? ¿Cuáles son sus posibles ejes existenciales que lo están atorando, bloqueando o impulsando?”.

“Para que mutuamente puedan entenderse y desde ahí contribuyan a una mejor escucha recíproca —que el joven honre el trabajo del de mayor edad y que el mayor entienda que cuando fue joven también tuvo fuego— se necesita ponerse en los zapatos del otro”, explica el especialista.

En este sentido, el estudio de Manpower coincide en que es importante considerar las prioridades de la otra generación para saber la manera en la es mejor acercarse.

“Mientras los Baby boomers pueden ser motivados por la calidad de vida y los resultados, un Net Gen podrá estar priorizando la justicia de la situación. Una vez que sabemos sus objetivos, podremos preguntarnos qué perspectivas tiene y cómo ve el tema en cuestión cada una de las partes”.

Si los X son escépticos, hay que darles argumentos sólidos en una negociación, por ejemplo, señala el estudio.

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