El corte de caja de los primeros tres años de la administración de Enrique Peña Nieto dejó saldos negativos y positivos entre los organismos del sector privado.

Los empresarios consideran que han sido años de contrastes, pues se aprobaron reformas consideradas favorables, que aún deben implementarse, aunque se cuestiona lo avalado en materia fiscal.

Los pendientes más importantes para el empresariado es el bajo crecimiento económico, la falta de impulso al mercado interno y los problemas de corrupción, inseguridad y aplicación del Estado de derecho.

Los presidentes del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Gerardo Gutiérrez Candiani; de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Juan Pablo Castañón; de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), Manuel Herrera Vega, y de la Confederación Nacional de Cámaras de Comercio (Concanaco), Enrique Solana, aseguraron que el país registra desaceleración y bajo crecimiento de apenas 2% en lo que va de la administración.

Entre lo positivo, afirman que también está la estabilidad macroeconómica; el Sistema Nacional Anticorrupción, la legislación de transparencia y el crecimiento del empleo.

Comentaron que, si bien el entorno económico mundial es complicado por la caída de los precios del petróleo; la desaceleración global; la incertidumbre por el próximo incremento de tasas de interés en Estados Unidos y, la paridad del peso frente al dólar, urge impulsar el mercado interno.

Es conveniente hacer un alto en este tercer año para evaluar lo hecho y ajustar o corregir lo que sea necesario, dijeron, como lo es el hacer cambios al sistema tributario y permitir deducibilidad de inversiones.

Para Gutiérrez Candiani hay otros avances como los relativos a la educación en Oaxaca, al desaparecerse instituciones; aunque lo malo de la administración “es el bajo crecimiento, lo débil del consumo”, la falta de un Estado de derecho y la inseguridad.

Entre lo “feo” de lo que va del sexenio son los problemas por la lucha constante con el crimen organizado, los cuales tienen expresiones más violentas, así como la reciente fuga de El Chapo Guzmán y la corrupción en distintos niveles de gobierno.

“Independientemente de la reforma fiscal, en donde encontramos apertura (del gobierno) para analizarla y mejorar el entorno fiscal. Hay que reconocer que la reforma energética, de telecomunicaciones, la de competencia, la educativa, son plataformas para el desarrollo, para el México del siglo XXI”, destacó Castañón.

“Estamos en el proceso, las reformas no son una solución automática, hay que implementarlas, pero es el camino adecuado”, dijo.

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